viernes, 20 de enero de 2012

Parte 20

Este fue el tercer día de mi estancia en España, el cuarto y quinto se me condecoro por haber resuelto el crimen del siglo y por ser una novata, el sexto día lo dedique para descansar ya que las pistas se estaban enfriando, no tenia nada para continuar con la investigación. Todo intento de encontrar algo era interrumpido por un callejón sin salida o una pista falsa.

El séptimo día fue el día de la revelación, (por lo menos la mitad,la otra mitad se encontraba en la mi historia, sin que ella llegara a saberlo).

Comencé la investigación muy temprano, sabiendo que era el último día en mi estancia en el país y lo único que descubrí fue que los que nos perseguían podían resucitar a los muertos de todas las épocas y tenerlos como nuevos en segundos. Indague más a fondo esta ciencia y lo más revelador fue que solamente tres personas conocían el secreto de la resurrección, el profesor Eduardo Martínez, y los otros dos eran mis padres. Hasta ese momento entendí el porque los secuestraron. Pero no era tiempo de sentimentalismos, el profesor Eduardo se encontraba viviendo en España y por los reportes policiales, lo habían detenido antes que a mí por el mismo delito y así obtuve su dirección.

Directamente fui a la casa del mencionado, lo llame a la puerta salió y me atendió con mucha amabilidad.
-¿Por qué vienes a visitarme?- me preguntó el profesor
-Porque quiero saber sobre las investigaciones que esta haciendo con la resurrección-le respondí.
-Ah, si. Es un avance muy importante en la historia de la ciencia, gracias por su interés en ello.
-¿Me puede decir en que consiste su resurrección?
-Por supuesto, es una mezcla de varios químicos, que no seria prudente mencionar, pero que son altamente tóxicos, se crea un liquido de color negro, que al entrar en contacto con algo muerto, experimenta una sensación de vida y se cura de todo lo que tenia en su pasado y se vuelve invencible.
-¿Se ha llevado a la práctica?- pregunté con un tono muy amable dulce
-No, ya que al poco rato de que se trae algo de los muertos, se vuelven peores que cuando estaban vivos, y llegan hasta manifestar que no tienen sentimientos.

El profesor llegó hasta este punto, porque desde la ventana le dio un disparo certero en el corazón, tuve muy poco tiempo de reacción, pero vi claramente al asesino, y se parecía en perfecto grado a mi tía muerta Adriana.

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