- Antes de conocernos, ¿algún criminal logró escapar de ti? - me preguntó Claire
Nos encontrábamos caminando por el parque cerca de la estación central de policía. Unos antiguos compañeros me habían mandando un mensaje solicitando ayuda con un caso. Esto suele pasar mucho, cuando la policía esta despistada, siempre solicitan nuestro apoyo para resolver sus problemas. Pero, que sean ellos precisamente los que me hayan convocado es algo raro. Son más que capaces de resolver cualquier caso. Lo único que me generaba esta situación era una gran preocupación.
Lo más probable es que Claire lo haya notado y quiera cambiar de tema para calmarme. Esa es una de sus más grandes cualidades. Su gran empatía la hace una perfecta investigadora. Mucho mejor que yo.
- Ninguno - respondí después de que mis pensamientos aterrizaran - Incluso en secundaria, siempre logré encontrar a los culpables.
- ¡No te creo! - dijo Claire con un tono entre asombro e incredulidad - No es posible que los hayas encontrado a todos. Debido haber alguno que se haya escapado.
- Para nada. Los encontré a todos. Descifré sus patrones y motivaciones y eso me llevó a donde estaban. Pero no siempre se hacía justicia...
- ¿Qué quieres decir?
- Hubo algunos criminales que prefirieron la muerte a la cárcel. Aunque encontraba su escondite, era demasiado tarde. Resolví el caso, descifré el misterio, pero no hubo justicia. Todavía me cazan los fantasmas de esos fallos. Si hubiera sido más rápido, más inteligente, los habría salvado.
- No te puedes culpar de eso - comentó Claire - esas personas al verse acorraladas no vieron otra opción. Tu no fallaste, esas personas se fallaron a si mismas.
- Tal vez tengas razón Claire, pero gracias a esos pensamientos entrené cada día para que no volviera a pasar. Y no lo permitiré. No cometeré ese error de nuevo mientras este vivo.
En ese momento, cruzamos por las puertas de la estación de policía. Era una estación muy bien iluminada y limpia, tenía un estilo moderno en su construcción y disposición. Inmediatamente al entrar, vimos a muchas personas corriendo de un lado a otro. Estaban como locas dando ordenes y viendo las pantallas de las cámaras de vigilancia en todo momento.
- Creo que sucedió algo muy grande - comentó Claire entre tanto caos y bullicio
- Lo mejor será que vayamos con mis compañeros para que nos expliquen la situación
Al ser visitantes frecuentes en la estación, no nos impidieron el paso en ningún momento. Después de caminar un rato, entramos al departamento de detectives. Si afuera era un caos, ahí dentro parecía que estalló el apocalipsis. Se gritaban ordenes de un lado a otro del departamento, volaban papeles, se hacían llamadas cada 5 segundos preguntando el estatus de la investigación...
Cuando entramos, mis compañeros nos hicieron un gesto con la mano para que nos acercáramos. Nos condujeron a una pequeña sala de juntas y, al cerrar la puerta, el caos de afuera desapareció.
- Antes que nada Claire - dije - deja te presento a mis antiguos compañeros: Marco, Karla y Rosa.
Mientras decía sus nombres, saludaban a Claire.
Marco era alto y delgado, con el cabello color plata y muy bien acomodado. Su especialidad era ver el panorama completo de manera esquemática. Estaba encargado de la identificación de patrones. Karla, por su parte, era de estatura media y también delgada, con el cabello de color café oscuro. Se especializaba en la integración de contenidos, muy buena investigadora que no deja pasar ni un detalle y todo lo tiene al día. Por último, Rosa (nombre completo Rosalinda) era un poco más alta que Karla pero un poco más baja que Marco y delgada (parece que una de las condiciones para ser detective es ser delgado) con el cabello de color cobre que le sentaba muy bien. Su papel consistía en el análisis de las motivaciones y contextos de los delitos; sus diferentes estudios le daban el conocimiento suficiente para dar en el clavo.
La manera en que nos conocimos es una historia para otro día, pero les puedo decir que son unos viejos compañeros de trabajo de mis días de secundaria. Para ese entonces ya trabajaban en la policía, y cuando me vi envuelto en un caso como sospechoso, ellos fueron quienes estuvieron detrás de mi.
- ¿Cuál es el problema? - pregunté a Marco
- Han secuestrado a los hijos del jefe de la policía
- Eso explica todo el caos - dijo Claire - ¿Qué fue lo que pasó?
- No estamos completamente seguros - respondió Karla - Los hechos son los siguientes:
"El día de hoy el jefe de la policía recibió un sobre sin remitente. Dentro había una carta y fotos de sus hijos dormidos en una cama. Inmediatamente llamó a la escuela donde estudian y le dijeron que ambos se habían retirado porque se sentían enfermos. También le mencionaron que un chofer con una carta de autorización firmada por el mismo jefe pasó por ellos. Hemos buscado las placas del vehículo y son falsas. Tampoco lo hemos localizado. Se tiene la teoría de que lo abandonó en alguna parte de la ciudad fuera del rango de las cámaras de vigilancia. Lo seguimos buscando."
- ¿Pero por qué secuestrar a los hijos del jefe de la policía? - pregunté
- No esta del todo claro - comentó Rosa - El jefe de la policía tiene muchos enemigos pero los investigamos a todos y ninguno ha hecho algo raro o fuera de su comportamiento habitual. También estudiamos a sus allegados. Ninguno tenía motivos para hacerle daño a él o a su familia. La escuela lo mismo. Sus hijos se comportaban muy bien y eran muy queridos. Esto nos tiene muy desconcertados.
- Y por eso nos llamaron - dijo Claire
- Exacto. Bueno, y por otra razón también...
- ¿Y esa sería?
- La carta solicitaba que tu estuvieras presente - dijo Karla señalándome
Me quedé con cara de asombro. Entiendo que quieran atraer mi atención, muchas personas lo han hecho a través del tiempo que llevamos trabajando como detectives. Pero esto se sentía raro, algo estaba fuera de lugar.
- Permítanme analizar la carta - solicité
Ya la tenían preparada dentro de la sala de juntas. Marco me la pasó. Me bastó solo ver el sobre para palidecer por completo. Impreso en la parte frontal había un símbolo de gato (#).
- ¡¿Qué sucede?! - preguntó Claire - Parece que viste un fantasma
- Y tendrías razón Claire. He visto un fantasma. Se quién mandó la carta. Se porque me mandó a llamar. Pero es imposible.
- ¿Quién es el secuestrador? - preguntaron al unísono Marco, Karla y Rosa. Realmente estaban desesperados por cualquier pista, por pequeña que fuese.
- El criminal es conocido como "El gato fantasma". Pero no es posible que sea el verdadero. ¡Lleva muerto más de 8 años!
