sábado, 1 de enero de 2022

Un deseo parte 3

Terminando las clases, Arturo fue corriendo al hospital donde se encontraba Agatha (escuchó donde estaba en la conversación entre profesores). Al llegar, se dio cuenta de que no sabía su apellido, solo su nombre. Así que pregunto a las recepcionistas por una niña de su edad que haya sido ingresada la noche del día anterior por un accidente. 

Antes de que alguna recepcionista le pudiera responder, un doctor se acercó. Se presentó como el padre de Agatha y le pidió que lo acompañara. Mientras caminaban, le explicó la situación en la que se encontraba su hija: después de separarse, Agatha presenció un accidente, hubo un choque entre varios vehículos. En uno de los vehículos había dos niños atrapados, Agatha corrió a liberarlos. Logró sacarlos del coche, pero en el momento en que se alejaba, cayó al suelo. Uno de los vidrios de los vehículos accidentados la había herido de gravedad cerca del corazón. Era imposible de operar. Moriría en algunas horas.

Entraron al cuarto donde se encontraba Agatha. Estaba conectada a varios equipos que la mantenían adormecida. Al oír que alguien entraba, ladeó un poco su cabeza y sonrío al ver que era Arturo. Él, con lagrimas en el rostro, se acercó con cuidado a la cama. Con respiración entrecortada, y voz baja, Agatha le dijo "gracias por ser mi primer amigo" antes de desmayarse. 

El papá de Agatha condujo a Arturo a la salida del hospital. Arturo le preguntó a que se refería Agatha con que él era su primer amigo. El doctor le preguntó si sabía la historia de su hija y él le dijo que si. Lo que no conocía (y fue por donde empezó su padre) es que más que dejarla de lado por su personalidad, la acosaban constantemente. Esa fue la otra razón para transferirla a una nueva escuela. Nunca tuvo un amigo verdadero.

Arturo lloró mientras regresaba a la casa. Pero al momento de entrar en su cuarto estaba decidido. El ser poderoso se volvió a aparecer en su sueños y le preguntó si ya tenía una respuesta a su pregunta. Le dijo que si y deseo que su amiga Agatha se salvara. El ser poderoso le dijo que si estaba seguro de que ese era su deseo. Le dijo que si. 

El ser poderoso se rio fuertemente, retumbando todo a su alrededor. Le comentó que si hubiera pedido un deseo egoísta o para el mismo, lo hubiera rechazado. Le prometió que, al despertar, su deseo se haría realidad. 

Arturo abrió los ojos y se fue corriendo al hospital. Al entrar en la habitación, Agatha estaba en su cama totalmente recuperada, su padre y su madre estaban abrazándola con lagrimas en los ojos. Se había recuperado completamente y su vida estaba fuera de peligro. Agatha y Arturo se envolvieron en un largo abrazo. 

A partir de entonces, Agatha y Arturo no se separaron y se volvieron los mejores amigos del mundo. ¿Y el ser que concede deseos? Sigue viajando por el mundo, concediendo la oportunidad a unos pocos afortunados. A lo mejor el siguiente puedes ser tu. 

Un deseo parte 2

Mientras caminaba a la escuela, Arturo se encontró con Agatha. A ella se le iluminaron los ojos al verlo y corrió a su lado para saludarlo. Arturo se asustó con este gesto y salió corriendo. 

En el salón de clases, Arturo empezó a pensar de nuevo con en el deseo. Solo tenía una oportunidad. No quería desperdiciarla. Al poco tiempo llegó Agatha y se disculpó por asustarlo. Por primera vez, Arturo le respondió la disculpa. Esto la emocionó mucho y se le quedó una sonrisa durante la primera clase.

Mientras pasaban las horas, Arturo fue respondiendo poco a poco a las preguntas de Agatha, hasta que pudo sostener una conversación normal con ella. Incluso comieron juntos durante el almuerzo. 

Terminando las clases, Agatha sugirió salir a pasear y seguir platicando para conocerse. Se detuvieron en un café e intercambiaron historias de vida. Agatha, al parecer, era hija de un médico famoso y de una antigua actriz y siempre estuvo en escuelas con compañeros de hijos de políticos, deportistas, empresarios, etc. Sus calificaciones siempre fueron buenas y sobresalía mucho pero su personalidad tan alegre y sociable chocaba constantemente con las personalidades soberbias de los demás, incluso de los maestros. Así que la cambiaron a una nueva escuela donde no hubieran esos problemas. 

Al escuchar esto, Arturo se sorprendió al enterarse de su historia. No se esperaba que una persona tan diferente a él, que no era para nada sociable y sus calificaciones eran normales, quisiera ser su amiga. Así que le preguntó porque había querido hablar con él.  

Agatha le respondió que era porque lo vio solo. Que notó un aura a su alrededor que buscaba el contacto con los demás pero no la podía encontrar. Necesitaba un amigo. 

Arturo no pudo aguantar las lagrimas. Que una persona pudiera ver la verdad tras sus sentimientos le traía mucha felicidad. Sin pensarlo, la abrazo muy fuerte hasta que dejó de llorar. Luego de eso estuvieron platicando otro rato más.

Ya entrada la noche, se despidieron. Arturo estaba muy feliz por haber hecho su primera amiga en toda su vida. Estaba tan feliz por todo el día que se había olvidado de pensar en el deseo. 

Esa noche, el ser que buscaba concederse el deseo se le volvió a aparecer en sueños. Le preguntó si ya sabía que iba a pedir. Le dijo que aún no, que esperara al día de mañana y tendría la respuesta. Después de eso, soñó con Agatha y todo lo que vivirían el próximo día. 

Pero, al día siguiente no se la encontró camino a la escuela, ni durante las primeras horas. Cuando la estaba buscando por los pasillos, escuchó a dos profesores decir su nombre. Al parecer, Agatha había tenido un grave accidente después de que se separaron y su vida corría peligro.