sábado, 24 de diciembre de 2022

Calendario de Adviento 2022 Dia 24 "El repartidor"

Existe un popular cuento navideño, sobre un hombre vestido de rojo que reparte regalos a todos los niños del mundo en Navidad. Esa es la historia que sabemos. Pero, ¿quién se encarga de aquellos seres fuera de la Tierra?

Meri se levantó muy temprano para prepararse, después de todo, era el día más ocupado en mucho tiempo. En un mínimo de 50 planetas, se estaba celebrando a la vida, a la deidad más poderosa, a la creación, etc. En resumen, la festividad más importante de todas, y como tal, debía hacerlos felices a todos.

Tenía un cronograma muy apretado, por lo que no debía perder el tiempo. Se puso su traje espacial color rojo y se subió a su nave, la cual estaba decorada completamente con luces de muchos colores, estrellas y estelas. Checó por última vez que nada se le olvidara e inició motores. Su travesía recién iniciaba.

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Su primera parada fue el mundo de Bol, donde sus habitantes, los Pin, seres de color azul que poseen grandes habilidades para la agricultura, tenían la festividad de la creación de su mundo. Por lo general, la celebraran elevando sus oraciones a su dios. Cuando Meri llegó, se acercó al jefe de los Pin, con quién se llevaba muy bien. Al fin y al cabo, lo conocía desde que era un niño. Después de una rápida platica, le entregó una caja muy bien envuelta y se fue. El jefe de la aldea abrió la caja, la cual contenía algunas herramientas para su profesión, a fin de reemplazar las que estaban más deterioradas. Cada uno, en sus dos corazones, le dieron las gracias a Meri.

La siguiente parada fue el planeta Prex, un mundo cubierto completamente de agua, y sus habitantes, los Zari, celebraban el nacimiento de su salvador, Ars, quién los lideró en la lucha contra los invasores hace bastante tiempo. Meri puso su nave en modo acuático y se sumergió, en dirección a la capital. No le tomo tanto tiempo encontrarla, era la ciudadela más grande de todo el mundo.

Una vez dentro de la capital, estacionó su nave en el puerto más cercano y bajó su rampa de acceso. Muchos Zari se juntaron a su alrededor, esperando el regalo que les tenía. Meri se aclaró su garganta y empezó a contarles una historia imaginaria, que había escuchado en otro de sus viajes. Al termino, le llovieron los aplausos. A los Zari les encantaban las historias. Miro su reloj y vio que tenía el tiempo justo para partir, por lo que se despidió y les prometió regresar dentro de un año.

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Luego, fue al planeta Or, habitado por los Ran, una especie única en su tipo, ya que eran mariposas que se comunicaban a través de la telepatía. Era muy extraño tener otra voz aparta de la propia en la cabeza, pero Meri estaba acostumbrado a otros métodos de comunicación un poco más invasivos, por lo que esto no era nada.

En el caso de los Ran, estaban celebrando el día de la vida, un evento importante en donde, según cuentan sus tradiciones, nació el primer grupo de su especie, del que parten todas las que se encuentran el día de hoy. 

Meri aterrizó en una amplia planicie y bajó la rampa. Un grupo de mariposas se acercó a él y lo saludaron, ya llevaban un par de años de conocerse. Mientras platicaban, Meri programó a sus ayudantes robots para que empezaran a bajar su regalos: flores, de todos tipos y tamaños. A los Ran les encantaban las flores.

La planicie se cubrió totalmente de flores, lo cual les permitiría alimentarse bien por un año, hasta su regreso. Los Ran le agradecieron y se despidieron de Meri, quién, esperando que disfrutaran su regalo lo antes posible, se subió a su nave y puso rumbo al próximo mundo.

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Así, pasó de un planeta a otro, llevando la felicidad y la alegría  a donde pudiera. Después de un largo recorrido, se dirigió al último lugar de su lista: Wart. Aquí tenía una petición algo complicada que cumplir: 

Una niña llamada Qi le escribió una carta a su buzón intergaláctico, diciendo que desde hace un par de meses los habitantes de Wart, los Yel y los Reg, se encuentran en guerra. Todo surgió a partir de un malentendido entre los lideres de ambas razas, pero nadie quería aceptar la responsabilidad, por lo que comenzaron a luchar entre ellas. Esto se prolongó a todo el planeta y estaba casi destruido. Qi le pidió a Meri que, por favor, detuviera la guerra.

Meri solo tendría una oportunidad. Empezó el descenso al planeta, pero inmediatamente lo atacaron cañones anti aéreos. Lo que no sabían era que tan buen piloto era, por lo que pudo esquivar todo con facilidad, acercándose a la superficie. 

Una vez en ella, desembarcó de su nave y la puso en modo invisible para que no le causaran daños. Hecho esto, colocó en el suelo frente a él una pequeña mesa con tres sillas y se sentó a esperar.

Muy poco tiempo después, llegaron dos ejércitos. A su derecha, se encontraban los Yel, comandados por Am; y a la izquierda, se encontraban los Reg, liderados por Sop. Como Meri se había estacionado en la zona neutral, era lógico que ambos combatientes llegaran para verificar si el visitante era amigo o enemigo. Hasta el momento, todo iba según el plan.

Meri invito a Am y Sop a sentarse con él a platicar, sin guardias. Cuando lo hicieron, se presentó, y les dijo que había venido para que firmaran un tratado de paz. Am y Sop empezaron a reír. Le dijeron que estaba perdiendo el tiempo, la única forma de conseguir la paz sería cuando derrotaran al otro.

Pero Meri siguió hablando y les preguntó como había iniciado toda la guerra. Am le respondió que Sop lo había insultado públicamente, llamándolo un tonto. En ese momento, Sop lo interrumpió y le dijo que no era cierto, que Am inició todo al decirle a Sop que era un loco. Como estaban frente a frente, la discusión subió de tono y empezaron a insultarse.

Antes de que llegara a más, Meri los detuvo y les preguntó algo muy importante: ¿que significaba esa palabra para el que la dijo? 

Am respondió que loco era un halago. Sop tenía muchas ideas innovadoras y únicas en su mente. Aunque sobre papel podrían parecer una locura, cuando se implementaban, era una maravilla y cambiaba para bien la vida de los demás. Lo admiraba por eso.

Sop contestó que tonto también era un halago. Am era alguien que no se rendía ante nada. A pesar de que todos le dijeran "tonto" de manera despectiva, el lo veía como un sinónimo de "tenaz" y "persistente". 

Cuando escucharon esto de su contrincante, se dieron cuenta del error que cometieron y todo lo que habían causado por un malentendido. En ese mismo momento, se dieron las manos y terminaron la guerra.

***

Terminada su ruta del día, Meri regresó a su casa. Se quitó su traje y se metió a su cama, listo para descansar después de un trabajo bien hecho. 

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