Hace mucho tiempo, en una tierra muy muy lejana, existió un héroe llamado Bran, quien fue conocido por todas partes gracias a su fuerza, su valentía y su buen corazón. Gracias a estas virtudes, pudo empuñar la espada sagrada "Winter", el arma más poderosa que existe. Se decía que era una espada muy especial, ya que no era elegida por alguien, sino al contrario, ella elige a su portador, brindándole todo su poder. Con él, pudo derrotar solo a todo un ejercito de demonios en cuestión de horas.
Pero, esos días han quedado atrás, y la espada "Winter" se encontraba sin dueño. No solo eso, sino que el ejercito de demonios se había reconstruido y comenzaron su plan de venganza contra aquellos que los humillaron en el pasado. Era necesario que un nuevo héroe emergiera.
Por esta razón, se realizó una convocatoria a participar en un pequeño concurso para determinar al próximo gran héroe.
Llegaron seres de todos lados del mundo y, después de un cuidadoso filtro, quedaron tres candidatos: una joven llamada Aria, un elfo llamado Ventus y un hombre bestia llamado Zen. Ahora, enfrentarían una prueba que determinaría si cumplían con las características de un héroe.
Los dejaron a las orillas de un bosque lleno de peligros y les dieron solo una tarea: atravesar. No les dijeron como, ni cuanto se tenían que tardar. Solo que llegaran al otro lado. Con esto, entraron juntos al bosque.
Al poco tiempo de caminar, se encontraron con una gran bestia, la cual empezó a atacarlos. Se dispersaron y sacaron sus armas para contraatacar. Ventus y Zen, al ser de una raza guerrera, se lanzaron de frente a la bestia, desviando y atacando al mismo tiempo. Sin embargo, Aria sentía que había algo extraño en todo eso. Había crecido en un pequeño pueblo rural y, por alguna razón, sentía que ya había visto el comportamiento que tenía la bestia.
Miró alrededor y agudizó su oído, prestando atención a su entorno. Así, descubrió cerca a dos pequeñas crías que se parecían mucho a la gran bestia. Lo más seguro es que se hayan entrometido en su territorio sin darse cuenta. Detuvo el ataque de sus compañeros y les explicó la situación. Después de curar a la bestia, se retiraron del lugar con mucho cuidado.
Luego de otro rato, se encontraron con un viajero que estaba perdido dentro del bosque y les pidió ayuda para encontrar una extraña hierba para una medicina. Ventus y Zen lo ignoraron, pero Aria, que conocía esa hierba, se puso a buscarla, separándose de sus compañeros. La encontraron después de unos treinta minutos. El viajero le agradeció a Aria y continuó su camino.
Se apresuró a encontrar a sus compañeros, quienes avanzaron mucho sin ella. Pero, sin previo aviso, escuchó unos gritos de terror, que la paralizaron completamente. A pesar del miedo, siguió adelante. Y se encontró con una escena escalofriante.
Frente a sus compañeros, se encontraba un demonio. No era alguien de mucho rango, pero si lo suficiente para causar caos y destrucción en una ciudad. Debían detenerlo. Solo que Ventus y Zen se encontraban aterrados y temblando en el suelo, sin poder sostener sus armas.
Aria, viendo la situación, empuñó su pequeña daga y comenzó a atacar al demonio. Si, tenía miedo de morir, pero más miedo le daba la muerte que traería ese ser si no lo derrotaba en ese momento.
Fue superada rápidamente. Estaba tendida en el suelo llena de heridas. El demonio se acercó a ella para darle el golpe final. Y, en ese momento, frente a Aria, apareció "Winter". La espada había sentido todas y cada una de sus acciones y la juzgo digna de ser su nueva portadora.
Con su nueva compañera en la mano, pudo derrotar con facilidad al demonio. Salió del bosque frente a una multitud expectante que comenzó a aplaudir. Se había elegido al nuevo héroe que los salvaría a todos.
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