Con este relato, ¡Da comienzo la dinámica de calendario de adviento! Espero que esta pequeña dinámica les guste y genere expectativa para celebrar la Navidad. Para esta historia no hay una serie de palabras, solo es algo que se me ocurrió en un momento de creatividad. ¡Empezamos!
El destino es algo curioso, ¿no? Nunca sabemos que nos tiene deparado. Solo podemos esperar lo mejor. Pero, algunas veces, el destino es caprichoso, y nos lleva exactamente a donde queremos estar.
Esta es la historia de dos jóvenes, James y Logan. Cuando tenían 6 años, fueron, cada uno por su parte, a un campamento con sus familias. Durante el día, estuvieron jugando con sus padres y hermanos, preparando la comida y admirando el gran lago que se encontraba cerca. Y, en la noche, se pusieron a observar las estrellas.
Al estar tan alejados de las luces de la ciudad, el cielo nocturno estaba completamente despejado y se podía apreciar de manera clara.
- ¡Genial!- gritaron al unísono
Por una fracción de segundo, sus miradas se cruzaron y compartieron una sonrisa. Ese simple hecho desencadenaría uno de los más grandes momentos de la humanidad.
El campamento terminó al día siguiente y cada uno siguió por su propio camino.
James estaba emocionado por la vista del cielo nocturno. Todos los días soñaba en que se subía a una nave y viajaba al espacio para poder tocarlo con sus propias manos. Así, ya tenía su objetivo: sería astronauta.
Desde que estaba en primaria, le pedía a sus padres muchas cosas relacionadas con el espacio: maquetas, libros, películas, juguetes... Absorbía toda la información posible como una esponja. Se veía en sus ojos un brillo cada vez que hablaba del tema con sus amigos y familia.
Pero, después de adentrarse a fondo en el tema, se encontró con un muro: descubrió que necesitaba ser muy bueno en las matemáticas. Y, para su mala fortuna, James no lo era. Tenía buena condición física, era bueno para comunicarse y hacer amigos de manera sencilla. Pero las matemáticas eran su punto débil. Por más que practicara y estudiara, no conseguía mejorar.
Poco a poco, con la acumulación de sus decepciones al no poder mejorar tomaron todo el brillo de sus ojos y se rindió. Dejó de lado su sueño para concentrarse en lo que podía hacer bien.
Así, continuó estudiando y se graduó con honores. Gracias a esto, pudo entrar en una empresa de mercadotecnia reconocida en la que fue ascendiendo de puesto gracias a sus habilidades. Solo que, de vez en cuando, todavía recordaba ese pequeño sueño de la infancia y se arrepentía. ¿Sería muy tarde para alcanzarlo?
Después de un tiempo trabajando en la empresa, entró una recluta prometedora: Sophie. Al ser una persona tan talentosa, la pusieron bajo el cuidado de James. Conforme pasaban más tiempo juntos, se iban haciendo más y más cercanos.
Una noche, mientras estaban cenando, James le revela a Sophie sobre su sueño de ser astronauta, por que decidió abandonarlo y sus arrepentimientos. Conmovida, Sophie decide ayudarlo a cumplir su sueño. Dentro de todas las habilidades que tenía Sophie, se encontraban las matemáticas, y no solo eso, sino que tenía métodos de enseñanza únicos.
Dicho esto, se pusieron a trabajar arduamente. Varios días se quedaron despiertos hasta muy tarde practicando todo en lo que fallaba James. Pasaron muchos meses, pero al final, lograron su meta: James aprobó el examen para ser astronauta. No lo podía creer. Por fin, su sueño de la infancia se haría realidad. Poco después de su ingreso, le asignaron la misión de ir a Marte junto con un compañero...
Pero, ¿Qué había sido de Logan durante todo este tiempo? Regresemos un poco el reloj.
Logan, después de ese momento tan mágico en el campamento, también quería ir al espacio. Sin embargo, no tenía las mismas facilidades que James. Su familia era de recursos moderados, así que solo tenían para lo indispensable. Y, por la misma razón, solo tuvo acceso a la educación básica. Aunque esto no le impidió desarrollar grandes habilidades para todas las ciencias, incluidas las matemáticas.
Solo que el destino es un titiritero cruel en ciertos momentos. Cuando tenía 15 años, sus padres y hermano murieron en un accidente. Sin un familiar directo que lo cuidara, terminó bajo la tutela de unos parientes lejanos. Pero el destino no había acabado con él.
Estos parientes no le tenían ningún aprecio. Lo maltrataban, insultaban y lo dejaban sin comer durante un buen tiempo. Aún después de todo lo que le hacían, el brillo en sus ojos no se oscureció en ningún momento, seguía con el sueño de viajar al espacio.
Cuando sus tutores lo dejaban solo, Logan se escapaba de la casa e iba a la biblioteca pública más cercana. Ahí, se ponía a estudiar todos los libros del espacio. Si se encontraba un tema que se le dificultaba, buscaba libros del tema para poderlo entender. Así estuvo durante muchos años, siendo autodidacta.
En el momento en que se le presentó la oportunidad de presentar a una de las mejores escuelas del país, no perdió el tiempo y aplicó para el examen. Pasó, y no solo eso, sino que obtuvo una beca completa y un alojamiento en el campus de la escuela. Esto le permitió alejarse de esos parientes tan tóxicos que tenía.
Al estar estudiando, fue juntando muchos logros y reconocimientos a nivel internacional. Su nombre y carrera fueron conocidos en todas partes. Siempre fue muy transparente sobre su sueño de ser astronauta y, en el momento en que se graduó, la agencia espacial no perdió el tiempo y lo reclutó.
Logan estuvo muy involucrado durante la preparación de la misión a Marte durante varios años. Gracias a esto, fue elegido para ser parte de la tripulación del viaje. El día de hoy se encontraría con su compañero...
James y Logan, después de varios años de no verse, se reencontraron. Viendo directamente a los ojos del otro, notaron como su cabeza les traía un pequeño recuerdo de un campamento cuando eran niños...y sonrieron. Estaban donde siempre debieron estar.
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