jueves, 15 de diciembre de 2022

Calendario de Adviento 2022 Día 15 "Una clase muy problemática"

Beatrice es una experimentada astronauta que acaba de entrar al trabajo de sus sueños: será una maestra de preparatoria. Aunque los directivos del instituto le dijeron que estaba sobrecalificada para le trabajo y no podrían pagarle por todo, ella estaba de acuerdo.

No necesitaba tanto el dinero. Tenía muchos ahorros de su anterior trabajo. Lo que verdaderamente le apasionaba era el dar clases. Podría usar todos sus conocimientos como astronauta para enseñarles a los muchachos las maravillas del mundo. El ver sus ojos brillando por lo increíble que era su entorno era su mayor deseo.

Sin embargo, la clase que le había tocado era super problemática: solo eran 4 estudiantes, dos hombres, Albert y John, y dos mujeres, Laura y Sue. Este grupo era apático y estaba dominado por el desinterés. Todos los maestros le dijeron que era mejor rendirse con ellos ya que habían intentado muchas veces cambiarlos, sin efecto alguno.

Beatrice no se dejó intimidar por esas palabras y se puso a cargo de esos chicos. Sin embargo, no importaba la estrategia que usara, todos la ignoraban: Sue estaba leyendo un libro, Albert jugaba con su celular, John estaba dormido y Laura se maquillaba.

Después de un par de semanas de clase, Beatrice les preguntó a los cuatro por qué eran así, la actitud que estaban tomando era demasiado incluso para unos estudiantes. Albert, desde su lugar, respondió: 

- El estudio no tiene nada que ver con la vida real. De nada sirve aprender fórmulas o leyes o reglas si en el mundo exterior no significan nada. Allá afuera, lo que importa es cuantas conexiones tengas y que tan popular eres. Ninguno de nosotros cumple esos requisitos y por eso la escuela nos puso en este grupo a todos juntos.

Beatrice se sorprendió por las duras palabras que le dijo Albert. Estos jóvenes que apenas estaban empezando a vivir ya habían perdido el brillo de sus ojos. Estaban centrados en el pesimismo y un muy equivocado realismo. Pero, al menos, había llegado a comprender la razón detrás de su actitud, algo que los demás maestros no hicieron por rendirse antes de tiempo. 

Pues bien, si ellos habían perdido la capacidad de asombro y la esperanza en el futuro, ella les ayudaría a recuperarla. Al fin y al cabo, un maestro no es solo para compartir conocimiento a unos robots, sino para darles herramientas y consejos a los seres humanos. Por eso, ideó un plan para ayudarlos.

Una semana después, llegó con sus alumnos y les dijo que el día estarían muy ocupados: irían de excursión a un centro de ciencias. Aunque volvieron a mostrarse apáticos, Beatrice les dijo que le dieran una oportunidad, que les gustaría mucho. Luego de estar hablando con ellos durante unos minutos, los convenció de asistir.

El centro de ciencias al que irían concentraba una multitud de salas de visita: un acuario, un zoológico, un planetario, un laboratorio... Beatrice logró conseguirles un acceso gracias a sus contactos de su antiguo trabajo. Estaba muy emocionada. 

Cuando llegaron, los recibió el contacto de Beatrice: Mark, un astronauta. Se los presentó a sus alumnos y este John levantó las cejas sorprendido. Con ese pequeño gesto, Beatrice sintió que su plan estaba yendo por buen camino.

Empezaron su recorrido por el área del zoológico, en donde tenían jirafas, elefantes, leones, osos... Sus alumnos mostraron su apatía a ratos, pero, Beatrice notaba las miradas que le daban a algunos de los animales, impresionados por verlos tan cerca. 

La siguiente parada fue el acuario. Y era impresionante. Había muchas especies marinas en ese lugar, y era increíble ver pasar a todos ellos por las ventanas. Tan solo ver a las ballenas pasar era un espectáculo hermoso.

Dentro del laboratorio, les dieron una sencilla clase de química, haciendo cambiar las sustancias de color, encendiendo fuegos de colores, hacer helado que compartieron con ellos... Durante todo este tiempo, les estuvieron explicando lo importante que era la química para el mundo y la vida diaria. 

Su última parada era el planetario, donde les enseñaron a identificar las constelaciones, la estrella polar, los planetas, y les explicaron como fue el trabajo de varios hombres, expertos en distintas materias, poner al hombre en la luna. 

Al final de esto, Mark empezó a hablar: el era una persona que habían tachado como un caso perdido, aislándolo de sus compañeros. Pero, el tenía un gran espíritu para salir adelante, entonces decidió

- Si las reglas del mundo están mal, las cambiaré

Se esforzó más que todos sus compañeros, a pesar de todo lo que le decían. Y siguió adelante, venciendo los estándares de la época. Gracias a esto, llegó a donde estaba ahorita. Beatrice le había contado como estaba la situación con su grupo, y les quería decir que no se rindieran ante el mundo. Que lucharan contra los estándares y, sobre todo, que forjaran su propio camino, no el que los demás les dijeran que hicieran.

Al día siguiente, de vuelta en la escuela, la actitud de los cuatro había cambiado, estaban llenos de dudas de lo que habían visto ayer, y las querían resolver lo antes posible. Beatrice, con una sonrisa en su rostro, empezó a clase.

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