miércoles, 14 de diciembre de 2022

Calendario de Adviento 2022 Día 14 "Al rescate del mundo de los sueños"

 Bruce abrió los ojos. Lo último que recordaba es que se había ido a dormir a su cama muy cansado después de un largo día de trabajo. Pero, ahora, se encontraba en una habitación muy extraña, acostado en el suelo. Se levantó y empezó a observar a su alrededor. 

Lo primero que vio, a su derecha, era una joven mujer con el cabello rubio. Cuando la observó directamente a los ojos, ella se alegró, diciendo que la invocación había funcionado. ¿A qué se estaba refiriendo?

Al momento, la joven le empezó con su explicación: necesitaba su ayuda urgentemente. El reino de la vigia había caído presa de una extraña enfermedad del sueño gracias a la propagación de una misteriosa vegetación. Habían agotado todas las opciones: magia, pociones, incluso la poda de toda la vegetación, pero nada funcionaba. Por esta razón, buscaron a un extranjero que los auxiliara con sus grandes poderes. 

Bruce empezó a marearse. Le había tirado una bomba en tan solo unos minutos. Sin embargo, había entendido lo esencial: debía salvar al reino. Con ese impulso, se puso manos a la obra. Lo primero que debía hacer era determinar el origen de la vegetación para poder exterminarla. Una vez hecho esto, podría enfocarse en despertar a la gente. Le pidió a la joven, llamada Selene, que lo guiara.

Lo llevó por un complicado laberinto de pasillos que terminaban en un balcón desde el que se podía ver todo el reino. Bruce pudo entender porque Selena estaba preocupada: la vegetación se encontraba por todas partes, inundando el horizonte. 

Selene le dijo que gracias a un equipo de búsqueda habían encontrado una cueva que parecía ser el origen de todo, y, a pesar de que intentaron entrar, la gruesa vegetación no se los permitía. Bruce estiró la mano, arrancando una hoja de la vegetación para estudiarla y, cuando se la acercó al rostro...

Despertó en su cama. Al parecer, todo había sido un sueño. Se estaba levantando cuando sintió algo en su mano: era la hoja que había arrancado. Esto esa muy extraño. Sigo pensando en ello camino a su trabajo: un laboratorio de investigación. Como tenía una ligera carga de trabajo, aprovechó para empezar a analizar la hoja. Durante uno de sus estudios, detectó que estaba soltando una extraña sustancia. Necesitaría hacerle más pruebas para determinar sus efectos.

En la noche, Bruce de nuevo fue transportado al mismo reino. Volvió a ver a su derecha y ahí estaba Selene, a quién le preguntó cuanto tiempo había pasado y le respondió que una hora. Esto solo dejaba sumido en la confusión a Bruce. Pero, ya tenía en su poder el mapa con la ubicación de la cueva, así que no perdió el tiempo y empezó su travesía.

Caminó y caminó, abriéndose paso entre kilómetros de vegetación, recolectando muestras aquí y allá. Le servirían para analizar con mayor detalle el problema al que se enfrentaba.

Después de lo que parecían días de viaje, llegó a su destino. La cueva estaba completamente tapiada de vegetación, sin ningún punto por el que pudiera acceder y mientras estaba pensando en como iba a continuar...

Volvió a despertar en su cama. Que lo mismo pasara dos veces ya era demasiada coincidencia y, aún más que continuara el mismo sueño en el mismo punto donde lo había dejado. Otra cosa extraña es que tenía todas las muestras que había recolectado. A pesar de ser un hombre de ciencia, no tenía una explicación lógica para todo lo que estaba pasando.

Llevó las muestras al laboratorio y continuó con sus análisis. Luego de unas horas, obtuvo los resultados: al parecer, se trata de una planta extinta hace ya bastante tiempo, usada antiguamente como un remedio casero para el insomnio o, también, como anestesia para las operaciones rudimentarias. Además, existían algunos registros de que la planta, en exceso, podía producir un estado muy parecido al coma. Justo como en su sueño. Con todo esta información, programó la computadora para que sintetizara un antídoto.

Mientras caminaba de regreso a casa, Bruce pensó en algo, sí podía traer cosas del mundo de los sueños al mundo real, ¿podría hacerlo a la inversa? Así, se dirigió a una tienda de excursiones y compró todo el equipo y material necesario para la exploración de cuevas, así como la ropa más cómoda que pudo encontrar, la cual usó cuando estaba a punto de dormir.

Bruce volvió a abrir los ojos y se encontraba, de nuevo, frente a la cueva. Se miró y vio que tenía con él todo lo que había comprando en la tienda. Dejando de lado toda lógica, desvió su mirada a la entrada de la cueva y, sorpresivamente, estaba limpia, como si lo invitara a ingresar. Sacó una linterna de mano y se introdujo a las profundidades.

En el interior, pudo ver que la vegetación cubría todo el lugar, desde el techo hasta el suelo, aunque había algunos huecos aquí y allá. En uno de esos, observó unas marcas en la pared. Sacó un cuchillo de su mochila y empezó a cotar la vegetación alrededor y descubrió que eran pictogramas representando una historia: 

Toda la vegetación provenía de un pequeño jardín en el interior de la cueva, el cual era tratado con mucho respeto y cuidado por los habitantes de la zona. No solo la usaban para lo que Bruce había descubierto, sino que tenía otra propiedad especial: con ella, podrían comunicarse con otros mundos, incluida la Tierra, en donde ayudaron mucho al desarrollo de la humanidad. 

Sin embargo, los cuidadores del jardín fueron muriendo poco a poco, y las nuevas generaciones no les interesaba nada el estar atados a una vieja tradición, por lo que el jardín terminó siendo abandonado. Lo anterior causó que las plantas crecieran sin control, teniendo como resultado el presente. 

Terminando de leer la historia, Bruce continuó su camino dentro de la cueva. Luego de caminar por una hora, llegó al jardín. Pero, al verlo, sintió algo en su interior: no podía destruirla, no después de saber lo importante que era. Debía haber otra manera...

Con este pensamiento, Bruce volvió al mundo real. No tenía tiempo que perder. Se cambió de ropa y se dirigió al laboratorio. El antídoto que había pedido sintetizar estaba listo. Una gota era más que suficiente para despertar a los durmientes. Solo le quedaba un problema: regresar a la normalidad a las plantas. Al final de tanto pensar, se le ocurrió una única solución. Pensando en ella, se fue a dormir con el antídoto en mano.

Bruce abrió los ojos y seguía en el jardín en el interior de la cueva. Si su idea fallaba, no habría nada más que hacer. Así, empezó a hablar con las plantas. Pensó que si tenían la capacidad de comunicarse con otros mundos debían ser, en algún grado, sintiente. Por eso, le suplicó que parara su crecimiento, disculpándose por dejarlas abandonadas tanto tiempo y prometió que, de ahora en adelante, las cosas cambiarían. Las cuidarían como lo habían hecho en el pasado.

Cuando concluyó, miró a su alrededor, pero no pasaba nada. Luego, de repente, un extraño ruido empezó a sonar por todas partes y la vegetación empezó a retirarse, haciéndose cada vez más pequeña. ¡Había funcionado! Le agradeció de todo corazón a las plantas y se fue corriendo de regreso con Selene. 

Una vez frente a ella, le entregó el antídoto y le contó sobre su promesa con las plantas. Selene entendió todo y le aseguró que asignaría un equipo exclusivo para cuidar ese jardín. También, le dio las gracias por toda su ayuda, ahora, le tocaba a ella reparar el reino. Le dio un beso en la mejilla y Bruce se despertó.

Pasaron los días y no volvió a soñar algo parecido, o a traer cosas de los sueños por más que lo intentara. Aunque no podía explicar lo que había pasado, nunca olvidaría la sensación de los labios de Selene sobre su mejilla.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario