lunes, 12 de diciembre de 2022

Calendario de Adviento 2022 Día 12 "El restaurante"

El restaurante "Reminisence" es un lugar de lujo, con grandes candelabros, columnas de marfil, cubiertos de plata... Toda la decoración que fuera sinónimo de lujo, este restaurante lo tenía. Sin embargo, los precios eran muy accesibles y la comida deliciosa, tanto que muchos imaginaban que era una estafa. El dueño dio varias declaraciones al respecto:

- Siempre trabajamos con ingredientes frescos y al día. La comida que no se usa la donamos a los orfanatos para que puedan hacer buen uso de ella. "Reminiscence" no se trata de ganar dinero, sino de crear experiencias únicas a nuestros clientes.

Aunque podría enlistar muchas más razones, esta declaración fue el principal motivo para que Steve, un escritor, lo eligiera como su lugar favorito para obtener material.

Su género principal es la ciencia ficción, así que su trabajo está más relacionado con el inventar futuros posibles, civilizaciones alienígenas y maquinas imposibles en el presente. Aun así, no podía olvidarse de un factor muy importante: las relaciones humanas. Puedes tener las mejores historias del universo, pero, sin personajes interesantes, muy pocos las van a leer. Por eso, iba de lugar de lugar, observando, analizando, imaginando la historia de las personas que veía. Y "Reminiscence" era perfecto para este ejercicio ya que reunía a todo tipo de personas.

El día de hoy tenía un grupo variopinto: una familia de cuatro integrantes, una pareja de adultos mayores, una joven mujer y, por supuesto, los meseros. ¿Con cuál debería empezar? 

Miró a su derecha y se encontró con la mesa de la familia: un hombre, una mujer y dos niños que, por su parecido con ambos adultos, debían ser sus hijos y no sobrinos. Con tan solo una mirada, Steve sintió que existía una gran tensión entre todos. Los adultos tenían el ceño fruncido, el que parecía el hijo mayor estaba viendo su celular, intentando ignorar todo lo que pasaba a su alrededor, mientra que el otro hijo tenía una mirada triste. 

Lo más seguro es que habían tenido una discusión antes de que Steve llegara al restaurante. Al ver esto, sintió una enorme tristeza. Y comenzó a imaginar los buenos momentos que podría haber tenido la familia: 

Una noche de juegos de mesa, en donde el hijo menor estaría muy emocionado por avanzar más casillas que todos los demás; un gran pastel de cumpleaños lleno de velas para festejar al padre; el hermano mayor ayudando al menor a hacer la tarea; la madre aplaudiendo los logros de sus hijos... Tantos momentos felices opacados por uno triste.

De repente, el hijo mayor se disculpo por haber gritado. Al escuchar esto, sus padres también se disculparon por no haber considerado como se sentía. Estas palabras, tan sencillas pero a la vez tan difíciles de decir, dieron un giro de 180 grados a la situación. No hay que subestimar el poder de las palabras y el de la unión familiar, pensó Steve.

Ahora dirigió su atención a la pareja de adultos mayores. A primera vista, se venían muy felices. En su mes había un par de copas de vino junto a un pequeño pastel, por lo que debían estar celebrando algo. Además, pudo ver en sus manos un anillo del mismo diseño. Lo más seguro es que festejaban otro año más de matrimonio. Agudizó el oído y alcanzó a escuchar algunas cosas: separación, cuando nos conocimos y nietos. 

Con esto, Steve dejó volar la imaginación: la pareja se conoció por casualidad mientras estaban trabajando, y fue amor a primeva vista. Les asignaron un proyecto conjunto, así que pasaron muchos días juntos, por lo que se fueron acercando más y más. Uno de esos días, ella se animó a invitarlo a salir. En esa primera cita fueron al cine y a comer. Se divirtieron mucho, así que decidieron seguir con las citas. 

Sin embargo, el fue movido a una sucursal a otro país, y se tuvieron que separar por tres años. Cuando este intercambio terminó, volvió a la ciudad y lo primero que hizo fue buscarla. Se encontraron en el mismo lugar donde tuvieron la primera cita y se abrazaron mientras lloraban. Su amor se había hecho más fuerte.

Al poco tiempo, se casaron. Tuvieron dos hijos quienes, a su vez, tuvieron hijos (sus nietos) a quienes cuidaban algunos fines de semana y alegraban sus vidas. Mirando en retrospectiva, había sido una vida muy feliz. Con este pensamiento, Steve mostró una gran sonrisa.

Llegó el turno de fijarse en el cliente más misterioso del día: la joven mujer. No podía descifrarla. Solo podía decir lo que veía: usaba un uniforme de oficina, usaba unos lentes de armazón negro y, sobre la mesa, tenía un libro y una computadora. Lo único que podía sacar de ella es que estaba trabajando en un pendiente de última hora, un imprevisto, si se quiere ver así. 

El otro dato que podía sacar es sobre el libro. No era nada de divulgación, al contrario, era un libro clásico de ciencia ficción. Steve lo leía de vez en cuando ya que encontraba algo nuevo con cada lectura. Aún con todo esto, no obtuvo nada en claro de ella. Sin embargo, si tenía la sensación de que volteaba de vez en cuando a verlo. Curioso. Con un aura tan enigmática, debía ser una espía o asesina, y se estaba preparando para su siguiente misión. Steve se rió por su idea tan descabellada, pero, aún así, se cuidaría la espalda.

Por último, pero no menos importante, estaban los meseros del "Reminiscence". Steve no necesitaba ver sus nombres, ya se los había aprendido después de tanto tiempo de visitar el restaurante. Se trataban de un hombre y dos mujeres: Tony, Molly y Kate. 

Tony era de muy buen ver, atrayendo la mayoría de las miradas de las mujeres que pasaban por ahí. Kate no se quedaba atrás, una mujer muy guapa. Molly, por su parte, atraía las miradas por la lindura y ternura que transmitía con cada una de sus acciones. Había mucho drama entre ellos, y solo Steve se había dado cuenta de él.

Kate estaba enamorada de Tony. Perdidamente enamorada. Steve había sido testigo de los múltiples intentos de avanzar un poco más su relación: le daba regalos en ocasiones especiales, lo tocaba suavemente, salían a divertirse después del trabajo, entre otras citas. Pero, nada tenía efecto. Y es que Kate no estaba considerando una cosa: Tony era denso, extremadamente denso. Más que una estrella blanca. Por lo que Tony solo pensaba que estaba siendo una buena compañera de trabajo o, incluso, una muy buena amiga.

Por otro lado, Molly solamente los observaba, sintiéndose la tercera rueda en su relación. Aunque, también tenía su propio objetivo: Kate. Steve notaba, más que la mayoría, esos pequeños detalles: como miraba a Kate cada vez que pasaba a su lado, como se emocionaba cuando platicaban y lo celosa que se ponía durante los intentos de conquista de Tony. En su corazón, pensaba Steve, Molly sabía que Kate no se fijaría nunca en ella. Y eso estaba bien, mientras ella fuera feliz, podría soportar este amor no correspondido. 

"Amor no correspondido", repitió Steve. Sinceramente, no pensaba que existiera algo así. Mirando a Molly, le mando sus mejores ánimos para que lograra su objetivo.

Steve se sintió satisfecho, había obtenido mucho material para sus escritos. Pagó la cuenta y salió de "Reminiscence". A unos pocos pasos, escuchó una voz que lo llamaba. Se dio la vuelta y vio a la joven mujer que no pudo descifrar.

Le preguntó si se trataba de Steve, el autor de la novela "Misión: Salvar la Tierra". Este le dijo que si y la mujer se emocionó mucho. No podía creer que se hubiera encontrado con su autor favorito. Aunque no estaba segura de que fuera él, ya que lo había visto en un par de veces en el restaurante y le daba pena acercarse. La mujer le pidió una foto para conmemorar este encuentro.

Antes de separarse, Steve le preguntó en que trabajaba. La mujer le guiñó y, con un dedo sobre los labios, respondió: 

- Es un secreto  

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