lunes, 4 de diciembre de 2023

Calendario de Adviento 2023 Día 4 "En búsqueda de la Tierra - Tercera parte"

Durante la travesía al planeta Bri, el hogar de la última pieza del mapa que indicaba la ubicación de la Tierra, Per, Blu y Zul reflexionaron sobre lo último que dijo Arc: "La historia es un ciclo, siempre se está repitiendo". Al parecer, estaba muy relacionado con lo que había pasado en el planeta Sys: antes, existía una raza que caminaba sobre el suelo, pero luego de la gran inundación, solo quedaron los Royk. Caída y resurgimiento. Un ciclo sin fin...

Per interrumpió la plática al preguntarle a Blu por el segundo pedazo de mapa. Puesto junto al primero, completaba otra parte del sistema solar terrestre: Júpiter, Marte y Luna. Estaba segura de que el próximo pedazo contendría a la Tierra. Además, estaba trabajando en el extraño código que estaba sobre la puerta del rascacielos, aunque sin resultados.

Todo eso quedo en segundo plano al llegar a Bri. De acuerdo con los datos de la computadora, el aire era no tóxico para los humanos, pero no se recomendaba la exposición constante a la luz solar ya que causaba quemaduras graves. El traje que habían usado en Sys los protegería, pero durante un corto tiempo. En esta ocasión, debían ser muy rápidos.

Bajaron a la superficie y se dirigieron corriendo a la cueva más cercana. Los Arso, habitantes del planeta, para cubrirse de la luz solar mortal habían construido una serie de túneles bajo la superficie que conectaban las principales ciudades. Donde habían aterrizado se conectaba directamente con Cira, la capital.

Al contrario de los otros planetas, los Arso los capturaron por verlos como enemigos. Una vez en prisión, se entrevistaron con el presidente, Bard. Blu les dijo a sus compañeros que ella manejaría la plática, por lo que explicó lo que los había llevado ahí. 

Bard les creyó su historia, pero los Arso eran un pueblo guerrero, por lo que debían ganar su libertad. Se enfrentarían a Rav, su mejor guerrero. Si podían resistir 5 minutos contra él, ganarían y les entregaría un premio. Con eso, Bard se fue.

Per y Blu sabían que su mejor esperanza era que Zul peleara, pero no sabían si podía resistir en contra Rav. Zul los tranquilizó diciendo que confiaran en él.

A los tres los llevaron al coliseo. Cuando entraron, Blu examinó las paredes del edificio y se dio cuenta que el material era muy similar al interior del rascacielos de Sys, además de haber visto un código muy similar sobre la entrada. Pero no había tiempo para pensar en lo que significaba eso.

La pelea sería con lanzas, la especialidad de Rav. Lo bueno es que Zul también era muy diestro en su manejo, lo cual le daría una ventaja. Antes de salir, Per se acercó a Zul y le entregó algo, recomendando que lo guardara en el bolsillo interior de su chaleco.

Rav era gigantesco, superaba por mucho a Zul. Sin embargo, a pesar de su tamaño, era muy ágil. No por nada era el mejor guerrero. Esquivo todos los golpes que lanzó Zul sin que este se percatara y, al recibir un golpe de Rav, Zul cayó sobre sus rodillas. Era muy fuerte. No podía enfrentarlo cara a cara. Así que decidió cambiar de estrategia, esquivaría y desviaría sus ataques hasta que se acaba el tiempo.

Habían pasado ya 4 minutos del encuentro y Zul estaba resistiendo contra Rav. Sin embargo, este último se dio cuenta de lo que estaba haciendo, por lo que hizo una finta, en la que Zul cayó y lo derribo al suelo con un gran impacto que lo dejó sin poder moverse. Rav alzó su lanza y la clavó en Zul. Sonó el silbato. El tiempo límite se había terminado.

Blu corrió al lado de su compañero caído, mientras que Per estaba muy tranquilo. Al llegar y examinar a Zul, Blu se dio cuenta de que no tenía ninguna herida mortal. Al contrario, un pedazo de metal que tenía en el bolsillo de su chaleco lo había protegido. Por eso Per estaba calmado, sabía que algo así pasaría y le entregó la placa para protegerlo.

Al final, Zul resistió los ataques de Rav por 5 minutos, por lo que habían ganado su libertad. Bard se acercó para felicitarlos y guiarlos de regreso a su nave, porque, que fueran libres no significaba que confiara en ellos. 

Ya en la entrada de la cueva, lejos de la ciudad, Brad les entrega una caja de metal. Les cuenta que es algo que le confió su viejo amigo Arc para que se le entregara a aquellos que vinieran a buscarlo. También les dice que estuvo investigando mucho el coliseo donde se llevó a cabo el combate. Cuando descubrió lo que necesitaba, se fue para no volver. No sabía donde estaba, pero sí sabía que su legado estaría a salvo. Con estas palabras, volvió a la ciudad. Per, Blu y Zul estaban muy contentos, ¡tenían la última pieza!

Rápidamente, regresaron a la nave y se fueron del planeta. Una vez en camino a Thivi, empezaron a revisar el contenido de la última caja. En su interior se encontraba la última parte del mapa y una grabadora. Cuando juntaron el mapa, mostraba el sistema solar terrestre al completo: desde Urano hasta Mercurio y el Sol. En el tercer puesto, se encontraba la Tierra. Pero, no había ninguna coordenada, ni señal, ni código de su ubicación.

Desesperados, hicieron sonar la grabación. En ella, Arc decía que la Tierra había cambiado mucho después de la colonización del universo. Algunos humanos se quedaron atrás ya que tenían miedo de lo que habría afuera. Pero no sobrevivieron al ser abandonados por todos. Después de un tiempo, otro grupo de exploradores llegó ahí y descubrió las ruinas de la civilización, pero las destruyeron para construir sus propios edificios. Este proceso se repitió varias veces hasta que la Tierra era un fantasma de lo que había sido en un principio. Por eso la dificultad para encontrarla. Luego de estar en varios planetas, supo donde se encontraba, y era maravilloso que la humanidad, siempre ingenua, siempre lista, regresa a su origen aunque no quiera.

Con eso acabó la grabación. No encontraban algún sentido en lo que había dicho. No tenían ninguna pista de donde continuar. No tenían esperanza. La humanidad sucumbiría ante la enfermedad. El imperio humano estaba acabado.

Tristes, retomaron el viaje a Thivi. Per, durante todo el camino, solo cerró los ojos sin dormir, pensando. ¿Su poder lo había abandonado? No creía que fuera posible... Debe haber algo más...

Antes de llegar, Per le preguntó a Blu si había logrado descifrar el código en las dos estructuras. Le respondió que si, pero que no tenía ningún sentido: el mensaje en Sys decía Urviii y el de Bri era Marxii. ¿De qué les servía conocer eso ahora?

Justo en ese momento, Per tuvo una revelación. ¡Sabía dónde estaba la Tierra! Era tan obvio, pero a la vez tan simple. Estaba de acuerdo con Arc, la humanidad siempre regresa al origen.

Los códigos que descifró Blu hacían referencia a los planetas del sistema solar, pero no de la manera en que pensaban. Las primeras letras eran contracciones de los nombres de los planetas: Ur para Urano y Mar para Marte. El resto de letras era un sistema numérico alterno: VIII para 8 y XII para 12. Entonces, si eso lo juntamos con lo que sabemos, tenemos que Thivi es la Tierra 6.

Con esta nueva información regresaron al palacio real para informar a Cas de su descubrimiento. Inmediatamente, armaron un grupo de búsqueda al polo norte. Después de unos dos meses de búsqueda, encontraron la cueva donde se encontraba la planta para la cura. ¡La humanidad estaba salvada!

Cuando Blu se despidió de Per, le preguntó porque no los había llevado directamente a la cueva si estaba tan cerca de ellos. Per le respondió que lo más seguro es que su habilidad los haya guiado a ese viaje porque necesitaban aprender el origen y comprender que siempre hay esperanza cuando todo está perdido.

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