lunes, 25 de diciembre de 2023

Calendario de Adviento 2023 Día 25 "La aventura del taller de Santa Claus - Tercera parte"

- Entonces - comencé a hablar - ¿Cuál es tu plan para destruir la Navidad?

- Destruir el taller y matar a Santa Claus, no necesariamente en ese orden - respondió Francis.

- Pero, si haces eso, otro Santa tomará su lugar - intervino Claire.

- Es cierto. Pero no crean que, después de perder, me la pasé lamentándome. Hice una pequeña investigación y descubrí que, si Santa renuncia a su puesto mediante un trato, la otra parte asumirá su rol. Así, cuando tenga el control, podré cambiar las reglas y ser el único Santa ¡por siempre!

Francis estaba riendo como loco. Si se convertía en Santa, la Navidad estaría acabada. Debíamos pensar en algo para salir de esta situación. Seguiría hablando hasta que se me ocurriera un plan.

- ¿Y por qué crees que Santa aceptaría gustoso ese trato?

- Lo aceptará si le importan la vida de sus trabajadores.

Con un chasquido, sus hombres sacaron una pequeña pantalla que pusieron frente a nosotros. Cuando la encendieron, la imagen que proyectaba era aterradora: eran un grupo de personas amordazadas y atadas de pies y manos, rodeadas por una cantidad ridícula de bombas.

- Con solo un botón, todas las personas que han confiado en Santa, morirán. Así que, ¿aceptas el trato?

Santa nos miró a Claire y a mi. En ese pequeño cruce de miradas, entendimos lo que iba a hacer.

- Está bien, lo haré. Pero deja tranquilos a mis trabajadores - respondió Santa con tono abatido.

Con un gesto, le ordenó a sus hombres que no dejaran de apuntarnos a la vez que guiaban a Santa cerca de Francis. Este último sacó un pergamino amarillento. Mientras tanto, murmuré unas palabras a Violet...

- Lo único que tienes que hacer - dijo Francis - Es firmar. Con eso, todo habrá terminado.

Santa tomó el bolígrafo que le ofreció y firmó el documento. Francis comenzó a reír sin control.

- ¿En verdad creíste que te librarías de todo el dolor que me causaste? ¡Despídete de todos esos tontos que trabajan para tí!

- ¡No!

Francis apretó el botón y... No pasó nada. Siguió oprimiéndolo de manera insistente, pero no funcionaba.

- Ah, con que para eso era la caja que estaba afuera de la puerta - dije.

Después de un rato, Francis por fin nos prestó atención. En mi mano, tenía un pequeño cuadro de color negro, mientras todos los hombres armados estaban dormidos en el suelo.

- ¡¿Qué fue lo que hicieron?!

- ¿Nosotros? Nada. Solo recoger una pequeña caja misteriosa, pasarla a Claire para que la inutilizará y pedirle a Violet un pequeño hechizo para dormir.

- ¡Malditos! Pero eso ya no importa, ¡ahora soy el nuevo Santa!

La sonrisa que tenía se borró cuando vio que el pergamino no estaba firmado, solo rayado. Así, no tenía ninguna validez. Francis había perdido.

*****

Después de presionar el botón de "reinicio", el taller fue envuelto por una gran cantidad de círculos mágicos de color azul que empezaron a regresar las cosas a la normalidad.

- Ah, magia reparadora - dijo Violet.

- ¿Todo estará bien? - preguntó Santa

- Estará incluso mejor de cuando te entregaron el taller.

- ¡Salvamos la Navidad! - dijo Claire

- Aunque en realidad no hicimos nada - comenté - Es más, no estoy seguro de si todo lo que hicimos tuvo algún peso para los eventos...

- No pienses tanto en eso, mejor, disfruta el momento.

Tenía razón. No todo debía de tener una razón en este mundo.

- ¡Muchas gracias a todos! - exclamó Santa -Ahora, puedo continuar con mi trabajo y tener todo listo para las fiestas.

- El placer fue nuestro. Ahora, conocemos más de ti y el mito de Santa Claus.

Al escuchar eso, Violet se rió, recordando como no habíamos descubierto eso antes.

- Se merecen una recompensa, ¿qué quieren para Navidad?

- La verdad es que no nece...

- ¡Quiero un hermoso vestido de color rojo! - me interrumpió Claire

- Y yo un nuevo equipo para poder registrar el movimiento de las estrellas. Estoy estudiando algo de astrología.

En serio, no sé que les pasa a ambas. Pero, bueno, soy igual.

- Entonces quisiera una nueva libreta. 

- ¿En serio? ¿Sólo eso? - me dijo Claire, con una mirada un poco decepcionada por desperdiciar la oportunidad.

- Así es. Con eso soy feliz. Bueno, con eso y poder pasar las fiestas contigo.

Este último comentario le sacó una sonrisa sincera a Claire, y una mirada misteriosa a Violet.

- Cada quien es feliz a su manera. Algunos dando regalos, otros recibiéndolos. Pero lo más importante no es eso, sino las personas con las que decides pasar el tiempo. Ese es parte del espíritu navideño.

- Ahora entiendo porque te eligieron como Santa. En verdad tienes un enorme corazón.

Luego de despedirnos de Santa y Violet, regresamos a la oficina para nuestra tradicional cena navideña e intercambio de regalos. No sobra decir que, además de los regalos que nos dimos Claire y yo, había un par extra bajo el árbol. 

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