Adam e Irina han sido amigos desde la infancia. Todo inicio cuando Irina se mudó, de imprevisto, a la mansión al lado de su casa. Lo más curioso de todo es que ella tenía el cabello de color morado, y no parecía que fuera una peluca, sino que era completamente natural. Ese color había atrapado su mirada.
Adam le había tomado un cariño a Irina al verla desde lejos por varios meses. Y después de un tiempo, descubrió que estaba viviendo sola. Aunque había personas que la apoyaban con las tareas del hogar y a llevarla y traerla de la escuela, pasaba la mayor parte del tiempo sola.Verla sin convivir con personas de su edad, le dolía en su corazón... Pero siempre le daba miedo hablar con ella. ¿Qué tal si se asustaba? No soportaba la idea de que eso pasara.
Sin embargo, un día, cuando regresaba de la escuela, Adam vio que unas niñas que estaban molestando a Irina por su cabello. Le decían que era muy rara y por eso sus padres la habían abandonado. Cuando escuchó eso último, no lo pudo soportar y le tomó la mano y se la llevó corriendo a su casa. Irina, cuando se hubo librado de los problemas, empezó a llorar.
Cuando se hubo tranquilizado, Adam la invitó a quedarse en su casa a cenar y dormir. Ese día, ella sonrió como no la había visto sonreír antes. A partir de ese momento, fueron inseparables. También, para evitar que hubiera más acoso, empezó a usar una peluca de color castaño.
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De eso ya habían pasado algunos años, y su lazo se fortaleció con el paso del tiempo. Ahora, Irina cumpliría 18 años. Para celebrarlo, Adam preparo una buena cena y un delicioso pastel. No solo eso, sino que le dio un hermoso regalo: un collar con una amatista, la cual combinaba con su cabello. Era el mejor regalo de todos.
Todo esto lo había preparado para declararse sus sentimientos, pero, en el último momento, se acobardo. Lo último que hizo fue darle un gran abrazo y desearle un buen descanso. Adam no se podía perdonar el haber perdido la oportunidad perfecta.
Pasada la 1 de la mañana, Adam se despertó debido a unos extraños ruidos y varios gritos. Cuando buscó su origen, vio que provenían de la casa de Irina. Sin pensarlo dos veces, fue corriendo a la mansión. Al llegar, pudo ver como unas extrañas personas con máscaras y túnicas negras se llevaban a Irina inconsciente por ¿una puerta que daba al sótano? Según lo que le habían dicho, estaba clausurada y no se podía bajar.
No había tiempo para pensarlo más. Entró corriendo a la casa y fue tras los secuestradores por la puerta. Cuando la estaba cruzando, la cegó una brillante luz blanca.
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Pasados unos minutos, recobró el sentido y vio que estaba en ¿una cocina? ¿Cómo era posible que en el sótano de la mansión de Irina existiera una cocina tan amplia? Y, ¿con luz natural? Y ¿un gran jardín? Algo no estaba bien.
Antes de que pudiera seguir pensando sobre lo que había pasado, entró una sirvienta a la habitación, la cual empezó a gritar para alertar a los guardias. Estos llegaron rápidamente y lo capturaron. Mientras se lo llevaban a la prisión, empezó a preguntar si habían visto a una joven de cabello morado o que si conocían a unas personas que vestían túnicas negras.
Los guardias, cuando escucharon esto, detuvieron su marcha y cambiaron el rumbo. Después de unos minutos, levantó la mirada y vio que se encontraba frente a un rey. Este último le dijo que era el gobernante de Imperium, la capital del reino humano en Terramagna y necesitaba su ayuda.
Al parecer, existía una profecía que decía que las brujas y los demonios atacarían el reino humano como venganza después de su derrota 18 años atrás. Y que todo iniciaría con una joven de cabello morado y un joven que vestiría ropas extrañas. Se decía que él sería el gran héroe que los salvaría a todos.
Adam no podía creer nada de lo que decía este extraño hombre, pero, enfrentando a la realidad que tenía por delante, y buscando ayudar a Irina por cualquier medio posible, decidió seguir la corriente, por lo que le preguntó al rey que era lo que debía hacer.
Le respondió que, de acuerdo con la profecía, debía juntar a un equipo de guerreros y dirigirse a Malus, y derrotar a la líder, la madre de las brujas. Una vez que lo hayan hecho, la paz volvería al reino. Para iniciar, le sugirió que reclutara a Sig, el guerrero más fuerte de la humanidad. Por lo que se decía en las calles, lo podía encontrar en la taberna a las afueras de la ciudad.
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Una vez terminada la reunión, los guardias guiaron a Adam a la taberna indicada. Cuando entró, fue el centro de atención de todo el mundo. ¿Y cómo no serlo? Sus ropas eran las más extrañas del lugar. Dejando eso de lado, preguntó donde estaba Sig, y le señalaron a un hombre dormido, con una jarra en la mano. Por como se veía, se había dormido por tanta bebida.
Adam hizo de todo para despertar a Sig, sin embargo, le parecía imposible. Su último recurso fue intentar quitarle la bebida, lo cual funcionó. Al momento, él se levantó y le echó una mirada muy amenazadora. Se notaba que era el guerrero más fuerte.
Sin importar eso, le empezó a contar todo lo que le había pasado hasta el momento y le pidió ayuda para salvar a Irina. No obstante, Sig no aceptó. Dijo que no quería tener nada que ver con el rey o con salvar al mundo otra vez. Adam podía intuir que algo le había pasado, algo muy grave en el pasado. No quiso insistir y salió de la taberna.
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Adam caminó unos metros, pensando en cual sería su siguiente paso, cuando escuchó una gran conmoción. Al acercarse, vió que un grupo de nobles (por las vestimentas caras que usaban) estaban molestando a una niña que tenía cuernos. Al ver la escena, se acordó de cuando tomó la manó de Irina por primera vez. No permitiría que volviera a pasar. No si él estaba aquí.
Se puso frente a los nobles y les gritó que dejaran en paz a la niña, que la estaban asustando. Ellos, al ver que alguien los estaba enfrentando, empezaron a lanzar golpes. Pero Adam ya no era aquel niño de hace tiempo. Había entrenado defensa hasta el cansancio, todo para proteger a Irina.
Por eso, los nobles fueron derrotados fácilmente. Viendo esto, llamaron refuerzos. Cuando Adam se alistó para el segundo round, Sig apareció y, con su simple presencia, paralizó a todos los presentes. Con un par de palabras, los nobles y los refuerzos huyeron.
Sig volteó a ver a Adam y le hizo una sola pregunta: ¿por qué había defendido a una niña desconocida? Él le respondió que no había una razón, solo quería evitar que llorara. Nadie en el mundo se merecía llorar.
Al escuchar eso, Sig le dijo que lo acompañaría. Y que le enseñaría a defenderse en este mundo. Con el primer miembro de su equipo, ¡la aventura para salvar a Irina iniciaba!
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En otro lado, el rey recibía el reporte de como Adam había defendido a una niña demonio de unos nobles. Al terminar de escucharlo, suspiró y espero, en serio espero, que no fuera como el último idealista que quiso salvar a todos.
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Irina, por su parte, despertó en una cama elegante. A su lado, se encontraba una mujer joven muy hermosa, con el mismo color de cabello que ella. Cuando vio que se despertó, le dio un gran abrazo a la vez que le daba la bienvenida a Malus.
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