sábado, 2 de diciembre de 2023

Calendario de Adviento 2023 Día 2 "En búsqueda de la Tierra - Primera parte"

En un futuro muy lejano, la humanidad se ha expandido más allá de su planeta de origen: la Tierra. Ahora, habitan en incontables mundos por el universo. Se han alejado tanto que la Tierra ahora parece un planeta mítico, algo casi sacado de una leyenda...

Nuestra historia comienza varios años después de esto, en el planeta Thivi. Neo, capital del imperio humano, está en problemas. Una extraña epidemia está asolando a sus habitantes. Empieza siendo algo ligero, como una molestia en la garganta, para luego pasar a los pulmones y causar problemas respiratorios, dejando a las personas completamente debilitadas. Apenas unos meses atrás, se reportaron las primeras muertes.

Cas, el rey, estaba desesperado por encontrar una cura. Tenía a los mejores médicos trabajando día y noche, analizando cada hebra de la enfermedad, sus síntomas, su modo de transmisión, actuación, todo lo que tenían a la mano. Pero, no encontraban su origen. La última tecnología no podía descubrir nada. Incluso sus aliados en los planetas vecinos (y no tan vecinos) no tenían explicación alguna.

Sin embargo, un rayo de esperanza surge repentinamente. Uno de los científicos pensó que la respuesta no se encontraba en el presente, sino en el pasado, y comenzó a revisar toda la bibliografía disponible acerca de enfermedades. Se estaba dando por vencido cuando encontró un antiquísimo tomo en papel (todos los textos para este momento estaban digitalizados). Sin nada que perder, lo leyó. A la mitad del libro, encontró una descripción exacta de la enfermedad, denominada Exces, la cual había sido erradicada en la Tierra tiempo atrás con una planta que solo crece en una cueva escondida en el polo norte.

Hasta ese momento, todos pensaban que la Tierra era solo un mito. Pero, gracias a esto, tenían una oportunidad. Debían encontrar el planeta Tierra, el planeta de sus antepasados, para poder salvar su futuro. Sin embargo, ¿cómo lo harían? No había registro conocido de la ubicación de la Tierra, y la información que se tenía eran puros rumores.

En eso, Per, un joven sano del planeta, entra al palacio pidiendo una audiencia con el rey. Aunque se negaron rotundamente por la situación que estaban pasando, Per no se fue. Al contrario, les dijo a los guardias que lo detenían que el podía llegar al planeta Tierra. Este dato no pasó desapercibido para el primer ministro que caminaba por la entrada. La información acerca de su búsqueda no había sido revelada al público, por lo que era sorprendente que alguien fuera del palacio la conociera. Gracias a esto, Per pudo presentarse frente al rey.

Durante la charla, Per le explicó al rey que nació con una extraña habilidad, siempre sabía a donde dirigirse. El rey no entendió a lo que se refería, por lo que el joven tuvo que explicar más su situación: desde pequeño, Per era capaz de orientarse perfectamente, no importaba si tenía los ojos cerrados o estaba en un lugar que pisaba por primera vez, era capaz de encontrar su destino al poco tiempo. Y esto no solo aplicaba para los lugares, sino también para las situaciones. Gracias a este misterioso poder, estaba en el momento justo para evitar una tragedia, salvando la vida de varias personas. Prueba de lo anterior es lo que había pasado en la entrada.

El rey le preguntó a Per si sería capaz de encontrar el planeta Tierra, y Per, confiado, le dijo que lo encontraría lo antes posible. El rey, sin otra opción, decidió confiar en este joven y encargarle esta importante misión. Pero no haría el viaje el solo, lo acompañarían Blu, una médica del equipo investigador, y Zul, el mejor de todos los guardias del palacio. Además, les entrego la nave Dor 15, la más rápida de todo el universo. Con esto, el intrépido equipo partió a la aventura.

Poco después de partir, Blu estuvo cuestionando a Per sobre a donde dirigirse, pero el joven solo le respondía que siguiera hacia adelante. Luego de lo que parecieron meses, Per le dijo a Blu que se acercara al planeta que se encontraba a su derecha. Tenía un fuerte presentimiento de que se estaban acercando a su destino.

Aterrizaron en el planeta Kin, hogar de los Pelk, unos seres altos parecidos a unos árboles. Al aterrizar, los Pelk se mostraron extrañados al ver a seres humanos, hace eones que no veían a uno. Como era un gran acontecimiento, los llevaron con su presidente, Marp. 

En una reunión privada, Marp les preguntó el motivo de su visita. Blu, como la experta (y autonombrada líder) del grupo, explicó la situación al presidente. Cuando terminó su relato, Marp les dijo que eso le recordaba la última vez que vio a un humano, cuando un explorar, al igual que ellos, estaba buscando el planeta Tierra.

El explorador, de nombre Arc, viajó al planeta Kin buscando algún indicio de la ubicación de la Tierra. Después de un par de años, se fue diciendo que había encontrado una gran pista. Per preguntó si les había dicho algo, lo que fuera, pero Marp dijo que no. Aunque, si conservaron su casa tal y como la dejó. 

Luego de caminar unos minutos, llegaron a la casa de Arc. Al entrar, se dividieron para revisar todo el lugar. Pasados unos minutos, se reunieron en la sala, sin haber encontrado nada. Blu y Zul estaban desesperados, todo el viaje y el tiempo que habían perdido significaba la muerte de millones.

Per, por otra parte, cerró los ojos y se dejó llevar. Salió por la puerta y empezó a caminar (seguido por Blu y Zul) hacia un pequeño monumento. Una vez ahí, empezó a cavar. Cuando ya llevaba unos 50 centímetros de tierra, encontró una pequeña caja. En su interior, se encontraba una extraña nota, una llave y parte de un mapa. En la nota, Arc felicitaba a quien fuera que encontrara su caja fuerte, y decía que eso los convertía en dignos de conocer la ubicación del planeta Tierra. Para eso, debían ir a otros dos planetas para completar el mapa que los llevaría a su destino.

Blu y Zul, después de esto, empezaron a confiar en Per y sus misteriosos poderes. Per, por su parte, solo lo veía como otro día más en su vida. Se despidieron de Marp y retomaron su viaje. La aventura solo estaba empezando.

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