Por suerte para Claire y yo, mi
hermana Lizbeth trabajaba desde casa, así que, al día siguiente del torneo y
resolver el asunto de mi mamá, nos dirigimos al cobertizo de la villa, que se
había adecuado como un laboratorio.
- ¿Y qué aprendiste de tu hermana? – me preguntó Claire
durante nuestra caminata
- ¿Por qué supones que aprendí algo de ella? – le respondí.
- Porque eres tú. Si aprendiste algo de tus padres, también
de ella.
Me tome unos momentos antes de responder.
- Bueno… Sí, aprendí algo, que es cuidar de otra persona.
Claire se sorprendió mucho por lo que acababa de decir.
- ¿A qué te refieres?
- Durante un par de años fui hijo
único, solo centrado en mi mismo. Pero, cuando ella llegó, lo cambió todo. Era
alguien tan linda y tan frágil, no podía permitir que el mundo le hiciera daño.
Estuve a su lado en cada paso, la ayudé cuando tenia problemas, lloramos
juntos, tuvimos varias aventuras… Sin ella, no sería como soy hoy.
- Entonces, ¿por qué actuabas diferente
al principio? Más serio e indiferente. Como si lo único que te importara fueran
los casos.
- Me obligué a tomar esa actitud
para mi trabajo. No iban a contratar a alguien que no pareciera lógico, frío y
racional. Además, no le muestro mi verdadera cara a cualquiera – concluí la
conversación guiñando el ojo.
*****
En ese momento, estábamos frente
a la puerta del cobertizo. La abrí e ingresamos al laboratorio.
Aunque diga que es uno, la verdad
es que parecía algo sacado de una película de ciencia ficción. Robots y
maquinas por todas partes, matraces con diferentes compuestos, metales raros… y
en medio de todo eso, Lizbeth.
- ¡Hola! Hasta que por fin vienen
a ayudarme – respondió Lizbeth.
- Te lo prometí, ¿no es cierto? –
le dije - Ahora, ¿nos puedes contar más sobre las cartas?
- Aquí las tengo, vean.
Sacó una pequeña torre de cartas.
Todas tenían el mismo sobre, y la misma letra sobre ellas, escritas a máquina.
El contenido también estaba a computadora, y no se notaban fallos de impresión
que pudiéramos rastrear.
En cuanto a las palabras exactas
que manejaban… Digamos que no eran las más bonitas. En resumen, pedían que
Lizbeth dejara de hacer investigación en el campo de la medicina, y más con
respecto a la nueva cepa de infección viral que había surgido recientemente.
- ¿No tienes idea de quién lo pudo
haber mandado? – preguntó Claire
- Tengo una lista con cientos de
personas – dijo Lizbeth – Farmacéuticas, empresarios, científicos rivales,
organizaciones criminales…
- ¿Por qué tantos?
- Estoy cerca de encontrar una
cura para esa infección viral y la patente quedaría a mi nombre, los demás no
pueden usarla a menos que cumplan con ciertas condiciones.
- ¿Cuáles?
- Si quieren lucrar con la
patente, tiene que ser a un precio accesible para todos. La salud es algo muy importante.
No es bueno jugar con ella. También, una parte de las ganancias tiene que estar
destinada para ayuda humanitaria.
- Y me imagino que por eso has
ganado enemigos.
- Demasiados.
Mientras Claire y Lizbeth
conversaban, me dediqué a revisar las cartas con los instrumentos que había en el
cobertizo. Microscopio, espectrometría, química… Todo lo que estuviera
disponible.
No había nada en ellas por separado.
Pero, por una pequeña corazonada, decidí juntarlas todas y hacer un último análisis.
En ese momento, encontré la respuesta.
- Lizbeth – dije - ¿Cómo a
alguien llamado Ben Salvatore?
- Si. Es un científico con el que
siempre he tenido peleas. Cuando el propone un teorema inteligente, lo destruyó
con un poco de evidencia y pruebas que yo hice.
- Bueno, eso lo explica.
- ¿Qué cosa?
- Él es el autor de las amenazas –
concluí.
Les dije a Claire y Lizbeth que
se acercaran a donde yo estaba. En una de las pantallas, se encontraban todas
las cartas juntas, analizadas con un equipo especial.
- Las cartas por si solas no
revelan nada. Sin embargo, si las juntas y las sobrepones una tras otra, para
luego irradiarlas y ponerlas en este equipo que permite ver varias capas al
mismo tiempo, se obtiene lo siguiente.
Hice un acercamiento microscópico
a una de las esquinas del papel y, a plena luz, se podía ver claramente el
nombre “Ben Salvatore”.
- ¡Eres brillante hermano! – me felicitó
Lizbeth – Ya me puedo quedar tranquila.
- ¿En serio? – cuestionó Claire –
¿No temes que te llegue a hacer algo?
- Para nada. Ben no tiene los
medios para atacarme. Además, se le olvidará pronto.
- ¿Por qué tan segura?
- Le mandé un virus donde su
computadora se va a llenar de anuncios molestos cada vez que intente hacer o
buscar hacer algo contra mí.
De nuevo, mi familia sí que es
única.
*****
A pesar de haber resuelto todos
los problemas, algo me tenía muy intranquilo.
- ¿Qué te pasa? – me preguntó
Claire.
En ese momento, nos estábamos preparando
para la cena de Navidad.
- Hay algo que no consigo entender
de todo esto. Las tres soluciones fueron muy sencillas y, conociendo a mi
familia, es imposible que no lo hayan visto.
- Deja de eso de lado, es
Navidad. No hay un porque detrás de todo.
- Aun así…
No dejé de pensar en eso hasta el
final, cuando se me ocurrió la respuesta más simple de todas.
*****
Cuando estábamos cenando, tomé la
palabra.
- Hay algo que me ha estado
molestando desde que me dijeron sus problemas – empecé - ¿Por qué no podían
resolverlos ustedes? Es decir, eran situaciones muy sencillas. Entonces,
después de pensarlo mucho, llegué a la respuesta: ustedes crearon los misterios.
Mi familia se quedó callada, así
que continué hablando.
- Claire y yo prácticamente ni nos
esforzamos en llegar a la solución, por lo que ustedes podrían hacer lo mismo.
Y era muy extraño que los tres tuvieran problemas, así que lo más seguro es que
hayan planeado todo esto para venir a verlos. Si mi deducción no está mal, las
personas que los estaban afectando en realidad son sus amigos, quienes les
ayudaron a armar todo el plan. Y, por eso mismo… Estoy agradecido.
Todos seguían callados.
- Se que me alejé mucho tiempo de
ustedes, y lo siento mucho. Tenía mis propias razones. No quería que se involucraran
en el peligro en el que estoy todos los días. Pero siempre los estuve vigilando
y celebrando sus triunfos. Me siento muy orgullo de formar parte de esta
familia.
Más que todo, les pido que
también acepten a Claire como otra hija/hermana más. Ella es una persona muy
importante en mi vida, sin ella, les aseguro que no estaría aquí con ustedes.
No solo porque me regañó para que viniera, sino porque me ha salvado más veces
la vida de la que yo se la he salvado.
No solo es una compañera de trabajo,
ni mi mejor amiga. Es mi familia.
Claire no se esperó y saltó a
abrazarme con lagrimas en los ojos. Siempre le estoy diciendo lo importante que
es para mi, pero no con la misma intensidad que lo hice el día de hoy.
- En serio que eres un tonto –
dijo Claire.
Mi familia también se levantó y nos
dimos un gran abrazo. Era la manera perfecta para celebrar las fiestas.
Más que los regalos y la comida,
se trata de las personas con las que pasas el tiempo. Ellas son la mejor parte
de todo.
Claire y yo pasamos otros días
con ellos, disfrutando un buen tiempo juntos antes de regresar a la oficina, no
sin antes prometer que los visitaría más seguido.
Al final, es mi familia, y siempre van a estar conmigo.