miércoles, 25 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 25 "La aventura navideña de la familia - Sexta parte"

Por suerte para Claire y yo, mi hermana Lizbeth trabajaba desde casa, así que, al día siguiente del torneo y resolver el asunto de mi mamá, nos dirigimos al cobertizo de la villa, que se había adecuado como un laboratorio.

- ¿Y qué aprendiste de tu hermana? – me preguntó Claire durante nuestra caminata

- ¿Por qué supones que aprendí algo de ella? – le respondí.

- Porque eres tú. Si aprendiste algo de tus padres, también de ella.

Me tome unos momentos antes de responder.

- Bueno… Sí, aprendí algo, que es cuidar de otra persona.

Claire se sorprendió mucho por lo que acababa de decir.

- ¿A qué te refieres?

- Durante un par de años fui hijo único, solo centrado en mi mismo. Pero, cuando ella llegó, lo cambió todo. Era alguien tan linda y tan frágil, no podía permitir que el mundo le hiciera daño. Estuve a su lado en cada paso, la ayudé cuando tenia problemas, lloramos juntos, tuvimos varias aventuras… Sin ella, no sería como soy hoy.

- Entonces, ¿por qué actuabas diferente al principio? Más serio e indiferente. Como si lo único que te importara fueran los casos.

- Me obligué a tomar esa actitud para mi trabajo. No iban a contratar a alguien que no pareciera lógico, frío y racional. Además, no le muestro mi verdadera cara a cualquiera – concluí la conversación guiñando el ojo.

*****

En ese momento, estábamos frente a la puerta del cobertizo. La abrí e ingresamos al laboratorio.

Aunque diga que es uno, la verdad es que parecía algo sacado de una película de ciencia ficción. Robots y maquinas por todas partes, matraces con diferentes compuestos, metales raros… y en medio de todo eso, Lizbeth.

- ¡Hola! Hasta que por fin vienen a ayudarme – respondió Lizbeth.

- Te lo prometí, ¿no es cierto? – le dije - Ahora, ¿nos puedes contar más sobre las cartas?

- Aquí las tengo, vean.

Sacó una pequeña torre de cartas. Todas tenían el mismo sobre, y la misma letra sobre ellas, escritas a máquina. El contenido también estaba a computadora, y no se notaban fallos de impresión que pudiéramos rastrear.

En cuanto a las palabras exactas que manejaban… Digamos que no eran las más bonitas. En resumen, pedían que Lizbeth dejara de hacer investigación en el campo de la medicina, y más con respecto a la nueva cepa de infección viral que había surgido recientemente.

- ¿No tienes idea de quién lo pudo haber mandado? – preguntó Claire

- Tengo una lista con cientos de personas – dijo Lizbeth – Farmacéuticas, empresarios, científicos rivales, organizaciones criminales…

- ¿Por qué tantos?

- Estoy cerca de encontrar una cura para esa infección viral y la patente quedaría a mi nombre, los demás no pueden usarla a menos que cumplan con ciertas condiciones.

- ¿Cuáles?

- Si quieren lucrar con la patente, tiene que ser a un precio accesible para todos. La salud es algo muy importante. No es bueno jugar con ella. También, una parte de las ganancias tiene que estar destinada para ayuda humanitaria.

- Y me imagino que por eso has ganado enemigos.

- Demasiados.

Mientras Claire y Lizbeth conversaban, me dediqué a revisar las cartas con los instrumentos que había en el cobertizo. Microscopio, espectrometría, química… Todo lo que estuviera disponible.

No había nada en ellas por separado. Pero, por una pequeña corazonada, decidí juntarlas todas y hacer un último análisis. En ese momento, encontré la respuesta.

- Lizbeth – dije - ¿Cómo a alguien llamado Ben Salvatore?

- Si. Es un científico con el que siempre he tenido peleas. Cuando el propone un teorema inteligente, lo destruyó con un poco de evidencia y pruebas que yo hice.

- Bueno, eso lo explica.

- ¿Qué cosa?

- Él es el autor de las amenazas – concluí.

Les dije a Claire y Lizbeth que se acercaran a donde yo estaba. En una de las pantallas, se encontraban todas las cartas juntas, analizadas con un equipo especial.

- Las cartas por si solas no revelan nada. Sin embargo, si las juntas y las sobrepones una tras otra, para luego irradiarlas y ponerlas en este equipo que permite ver varias capas al mismo tiempo, se obtiene lo siguiente.

Hice un acercamiento microscópico a una de las esquinas del papel y, a plena luz, se podía ver claramente el nombre “Ben Salvatore”.

- ¡Eres brillante hermano! – me felicitó Lizbeth – Ya me puedo quedar tranquila.

- ¿En serio? – cuestionó Claire – ¿No temes que te llegue a hacer algo?

- Para nada. Ben no tiene los medios para atacarme. Además, se le olvidará pronto.

- ¿Por qué tan segura?

- Le mandé un virus donde su computadora se va a llenar de anuncios molestos cada vez que intente hacer o buscar hacer algo contra mí.

De nuevo, mi familia sí que es única.

*****

A pesar de haber resuelto todos los problemas, algo me tenía muy intranquilo.

- ¿Qué te pasa? – me preguntó Claire.

En ese momento, nos estábamos preparando para la cena de Navidad.

- Hay algo que no consigo entender de todo esto. Las tres soluciones fueron muy sencillas y, conociendo a mi familia, es imposible que no lo hayan visto.

- Deja de eso de lado, es Navidad. No hay un porque detrás de todo.

- Aun así…

No dejé de pensar en eso hasta el final, cuando se me ocurrió la respuesta más simple de todas.

*****

Cuando estábamos cenando, tomé la palabra.

- Hay algo que me ha estado molestando desde que me dijeron sus problemas – empecé - ¿Por qué no podían resolverlos ustedes? Es decir, eran situaciones muy sencillas. Entonces, después de pensarlo mucho, llegué a la respuesta: ustedes crearon los misterios.

Mi familia se quedó callada, así que continué hablando.

- Claire y yo prácticamente ni nos esforzamos en llegar a la solución, por lo que ustedes podrían hacer lo mismo. Y era muy extraño que los tres tuvieran problemas, así que lo más seguro es que hayan planeado todo esto para venir a verlos. Si mi deducción no está mal, las personas que los estaban afectando en realidad son sus amigos, quienes les ayudaron a armar todo el plan. Y, por eso mismo… Estoy agradecido.

Todos seguían callados.

- Se que me alejé mucho tiempo de ustedes, y lo siento mucho. Tenía mis propias razones. No quería que se involucraran en el peligro en el que estoy todos los días. Pero siempre los estuve vigilando y celebrando sus triunfos. Me siento muy orgullo de formar parte de esta familia.

Más que todo, les pido que también acepten a Claire como otra hija/hermana más. Ella es una persona muy importante en mi vida, sin ella, les aseguro que no estaría aquí con ustedes. No solo porque me regañó para que viniera, sino porque me ha salvado más veces la vida de la que yo se la he salvado.

No solo es una compañera de trabajo, ni mi mejor amiga. Es mi familia.

Claire no se esperó y saltó a abrazarme con lagrimas en los ojos. Siempre le estoy diciendo lo importante que es para mi, pero no con la misma intensidad que lo hice el día de hoy.

- En serio que eres un tonto – dijo Claire.

Mi familia también se levantó y nos dimos un gran abrazo. Era la manera perfecta para celebrar las fiestas.

Más que los regalos y la comida, se trata de las personas con las que pasas el tiempo. Ellas son la mejor parte de todo.

Claire y yo pasamos otros días con ellos, disfrutando un buen tiempo juntos antes de regresar a la oficina, no sin antes prometer que los visitaría más seguido.

Al final, es mi familia, y siempre van a estar conmigo.

martes, 24 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 24 "La aventura navideña de la familia - Quinta parte"

Tocaba el turno de Rose y los mercenarios. Así que acompañamos a mi mamá a un torneo. No es que ella fuera a participar, sino que debía vigilar que sus estudiantes no se sobrepasaran con sus contrincantes.

 - ¿Por qué se pasarían sus estudiantes? - me preguntó Claire.

- Si conocieras los métodos de enseñanza de mi mamá, lo entenderías - respondí.

Jim nos estaba llevando a donde se realizaría el torneo. Rose se había adelantado para recibir a sus alumnos y darles el sermón de cuidar su fuerza.

- ¿Fue igual de duro que el entrenamiento que me diste a mí? - dijo Claire recordando esos días.

Poco después de nuestra primera aventura juntos, empecé a enseñarle varias cosas a Claire para que estuviera preparada para todo. Uno de los básicos fue saber luchar. La entrené en Karate, Judo, Kung Fu, Tae Kwon Do, Boxeo, Artes Marciales Mixtas, incluso en pelea callejera y manejo de la espada, el estilete, las armas de fuego y algunas armas medievales. Fueron varios años de duro entrenamiento, a la par de resolver casos e ir a la escuela...

Viéndolo así, a pesar de todo, son buenos tiempos.

- Tu entrenamiento fue liviano en comparación con el de mi mamá - dije, después de regresar de mi ensoñación.

 - ¡¿En serio?!

- Si. Mientras yo busqué enseñarte las bases y luego pasar a cosas más complicadas, mi mamá te ataca de sorpresa, sin haber enseñado nada. En su forma de pensar, siente que la mejor maestra es la experiencia. Así, debías aprender rápido para que puedas seguir viviendo.

- ¿Cómo sobreviviste a eso?

- A la mala. Ni siquiera por ser sus hijos se medía.

- Pero gracias a eso estás aquí. Y le puedes hacer frente a todos los peligros que encontramos.

- Si, es cierto. Sin embargo, no quita lo doloroso que fue todo - concluí.

*****

Luego de eso, platicamos de varias cosas de mi pasado hasta llegar al lugar del torneo.

Era un estadio impresionante, equipado con todo lo necesario para eventos de gran escala, incluso conciertos. Sería algo para la historia si no fuera por un pequeño detalle.

- ¿Por qué lleva el nombre de tu familia? - cuestionó Claire.

Exacto. Ese estadio también era otra de nuestras propiedades.

- Mi papá lo construyó para mi mamá, buscando que existiera un lugar que pudiera soportar el tipo de competiciones donde participaba. Está reforzado con varias aleaciones, así que ni disparo de un tanque lo podría derribar.

- ¡¿Qué tan poderosos son los ataques que dan?!

Dejando la respuesta la imaginación de mi compañera, nos acercamos a donde se encontraba mi madre. Pero, al parecer, llegamos en un mal momento, ya que estaba frente a otra mujer y, por el aura que desprendían, iban a luchar.

- ¡Esta vez no podrás vencernos Rose! Mis muchachos se llevarán la victoria - dijo la mujer, llena de energía.

- Ya lo veremos Mary. Recuerda que las palabras no importan en un lugar como este, sino el resultado de las peleas - le respondió mi madre.

Después de esa frase tan contundente, Mary se fue muy enojada. Aprovechando el momento, nos acercamos a mi mamá.

- ¡Hola! ¡Qué bueno que pudieron venir! - al mismo tiempo, mi madre nos dio un gran abrazo.

- Era necesario. Es decir, si no podemos ver a tus atacantes, no podemos ayudarte - le dije, fingiendo indiferencia.

- No te pongas así. Se que no te gustan estos lugares, pero hoy es un día importante para varios de mis alumnos.

- ¿Y por qué no le gustan? - intervino Claire.

- Es una historia graciosa - respondió mi madre - A mis dos hijos los hacía competir en cuanto torneo existiera. Si perdían, debían soportar dos horas continuas peleando contra mí. Después de eso, se escondía para no participar. Pero siempre lo encontraba. ¡Que buenos tiempos!

Lo único que pude hacer en ese momento fue suspirar. Esos lugares todavía me causaban un poco de temblor en mi interior.

- Dejando eso de lado - dije - ¿Quién es la persona con la que discutías?

- Ah, es Mary. Una rival que ha buscado derrotarme desde hace tiempo. Siempre ha sido intensa. A pesar de eso, no ha podido vencerme.

- ¿Y nunca ha intentado pasarse contigo?

- No. Pero no deja de molestarme constantemente.

Los engranajes de mi cabeza estaban girando. Esta información era muy importante.

*****

El torneo se llevó a cabo sin ningún contratiempo. Los estudiantes de mi mamá vencieron con facilidad a los alumnos de Mary. Con cada derrota, su cara se ponía dura, enojada. Pero, a la vez, sus ojos destellaban con un brillo inexplicable.

- ¡Eso fue impresionante! - gritó emocionada Claire - No había visto esas habilidades en la vida real.

- Si mis alumnos no supieran hacer mínimo eso - dijo mi mamá - No hubieran sobrevivido a los cinco años de entrenamiento.

- O a toda una vida - susurré.

Ya habíamos salido del estado y nos dirigíamos a donde Jim pasaría por nosotros. Sin embargo, antes de avanzar un poco más, nos rodeó un grupo numeroso de personas, todas cubiertas de negro.

- ¿Estos son los mercenarios? - pregunté

- Si - respondió mi mamá - ¿Verdad que son una molestia?

Eran muchos mercenarios, pero entre los tres...

- Por eso. Yo no voy a pelear.

- ¿¡Qué?!

- No quiero cansarme por gente como ella. Así que se los dejó a ustedes.

¿En serio...? Bueno, no podía ser de otra manera. Mi mamá seguía pensando en el entrenamiento espartano después de tantos años.

- Está bien. Claire, ¿tú la derecha, yo la izquierda?

- Me parece un buen plan - me respondió mi compañera que había estado estirando un poco.

Empezamos con nuestra batalla. Y, aunque no lo quería admitir, mi mamá tenía razón. Para ser mercenarios, no eran muy buenos. Luego de unos golpes y cambiar la técnica de pelea, los derrotábamos. Además, había algo en su estilo de pelea...

*****

No tardamos muchos en dejarlos noquearlos a todos.

- ¡Felicidades! - dijo mi mamá - Veo que no has perdido tu toque. Y Claire, mi hijo hizo un buen trabajo en el entrenamiento, pero tienes que mejorar en algunas de tus posturas.

- No digas eso - comenté - Claire es muy buena. No necesita que le des tu entrenamiento.

No quería que ella pasara por lo mismo que yo.

- Dejando eso, ya resolví lo de los mercenarios - volteé a ver a Claire y supe que los dos llegamos a la misma respuesta.

- Fue Mary - respondimos al unísono.

- Los mercenarios en realidad no son eso.

Cuando le quité la máscara a uno, vimos que era uno de los estudiantes de Mary.

- Lo más seguro - continuó Claire - Es que Mary quisiera estropear el día de hoy, que no te presentaras y bajar el ánimo de tus estudiantes.

- Ahora que se acabó todo, este fue un último ataque desesperado para vengarse por la derrota. Ya no creo que te vuelva a molestar.

Lo cual me llevaba a otra pregunta. Fue muy sencillo resolver todo, de nuevo. Que haya pasado dos veces y que la solución sea entregada en bandeja de plata no me gustaba.

Solo que mi madre corrió a abrazarnos para agradecernos, para luego ir a reunirnos con Jim, así que mi tren de pensamiento cambió a la última tarea: el problema de Lizbeth, mi hermana.

lunes, 23 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 23 "La aventura navideña de la familia - Cuarta parte"

A la mañana siguiente, durante el desayuno, les contamos el plan a mi familia.

- Claire y yo hablamos sobre como debemos tratar los problemas que tienen - empecé - Así que haremos lo siguiente: en vez de resolver todos los asuntos a la vez, vamos a ir uno por uno. Empezaremos con el problema de los rumores de papá, luego con los matones que molestan a mamá y, por último, lo de las amenazas contra Lizbeth.

- ¡Eh! ¿Por qué me dejas al último? - me reclamó mi hermana.

- Estrategia. En las otras dos situaciones el peligro es más cercano y real, mientras que en el tuyo, todavía tenemos que confirmar las intenciones de quien haya hecho los mensajes. Por eso mismo, tu problema puede esperar un poco. Pero, confía en nosotros. Lo resolveremos antes de que te des cuenta.

*****

Claire y yo nos pusimos a revisar los rumores alrededor de mi padre. Eran peor de lo que pensaba. Los rumores hacían ver a Arthur como una persona cruel y egoísta, que solo se preocupaba por el dinero; no solo eso, sino que amenazaba a las personas para que se convirtieran en sus socios.

- ¿Algo de todo lo que dicen es cierto? - preguntó Claire.

- Para nada - le dije - Mi papá no es así. Asistí a algunas de las reuniones que tuvo cuando estaba cerrando tratos y las ofertas que hacía son benéficos para ambas partes. Puede que se muestre firme en algunos puntos; sin embargo, nunca los amenaza y nunca los obliga a aceptar ser sus socios. Es más, si los socios lo rechazan, tiene unos cinco planes de contingencia.

- Así que de ahí lo sacaste.

- ¿Qué cosa?

- Tus habilidades de comunicación y el siempre estar preparado.

- Era lo necesario para sobrevivir... Si no, me hubiera quedado fuera de la casa todos los días. ¿Las pruebas de cuando llegamos? Eran nada comparadas a cuando vivía con ellos. No había momento en donde no me pusieran un desafío. En algunas, tenía que descubrir las inquietudes de la otra persona en menos de dos minutos, si no, no podría entrar a mi habitación.

En eso, Claire se rió.

- ¿Qué pasó?

- Deberías ver tu cara - me dijo mi compañera - Aunque con tus palabras quieres decir que no te gustaba nada ese ambiente, tu rostro dice que lo recuerdas con mucho cariño.

En serio, le enseñé muy bien.

*****

Luego de revisar toda la información disponible, volvimos a llegar a la conclusión más sencilla: debía ser un trabajo interno. Así que decidimos preguntar un poco más a mi padre al respecto de la investigación que había hecho.

- ¿Qué descubrieron tus investigadores de la empresa? - le pregunté a mi padre.

- Eso es lo extraño. Nada. Ni siquiera un pequeño rastro de filtración de información.

- Que raro - dijo Claire - Siempre queda algo, por pequeño que parezca. Puedo pensar en dos posibilidades: o no investigaron bien, o la filtración se hizo por otro medio que no es el electrónico.

- Entonces hay que volver a revisar sus pasos para descartar opciones - comenté - ¿Nos puedes mandar sus datos? También, los perfiles de las personas que investigaron todo. Hay algo que quiero revisar por mi parte.

- Claro. Lo que necesites. 

Luego de un pequeño momento, mi padre dijo otra cosa.

- Que gusto que hayas crecido mucho hijo. No solo eso, sino que hayas encontrado a una buena compañera.

- Y tu sigues igual que siempre. Sé que hace mucho tiempo que no nos vemos, pero he seguido revisando tus logros. Me asombra la capacidad que tienes para lograr salir adelante a pesar de todos los cambios.

- Es de lo más natural del mundo. Espero que todo lo que te enseñé haya sido útil, sea cual sea el camio que hayas elegido.

- Le aseguro señor - mencionó Claire - Que han sido de mucha utilidad, más de la que su hijo quiere admitir.

Le lancé una mirada a mi compañera, que tenía una gran sonrisa gracias a su intento de avergonzarme. Lo que no quería admitir es que lo estaba logrando.

- Bueno, vamos a hacer nuestra pequeña investigación, así que nos vamos unas horas.

Claire y yo nos disponíamos a salir cuando me acordé de una última cosa.

- Por cierto, yo no encontré a Claire, el destino se encargó de todo.

*****

Con la ayuda de Jim, recorrimos las oficinas de mi padre, así como los lugares que ocuparon los investigadores. Poco a poco, nos dimos cuenta de la verdad detrás de todo. Aunque seguía teniendo una ligera sospecha ante lo conveniente que estaba resultando la situación.

Sin embargo, debíamos dar un paso a la vez, así que regresamos a la villa para explicar la solución.

- Hemos encontrado que fue lo que pasó - dijo Claire.

- ¡En serio que son rápidos! ¿Qué fue lo que pasó? - preguntó mi padre.

- Como habíamos sospechado, fue un trabajo interno, pero no de la manera que esperábamos.

- ¿Qué quieres decir?

- Voy a dejar que Claire lo explique. Al fin y al cabo, en la investigación fue quien encontró todo lo necesario. ¿Claire?

- Bueno... En resumen, los investigadores que contrató fueron los culpables.

- ¡¿Cómo?! - mi padre expresó verdadera sorpresa.

- Fue un intento de plan ingenioso, pero solo llegó a eso. Aunque nos sigue sorprendiendo un detalle, pero lo vamos a dejar de lado por el momento. Centrémonos en lo actual.

- Pero, ¿cómo fue que posible que ellos lo hayan hecho? Si se supone que los contraté después de que había ocurrido todo.

- En un primer momento si, sin embargo, fue parte de su treta. Lo que hicieron fue jugar en dos bandos.

Todo empezó buscando puntos débiles de algunos de sus socios comerciales. Cuando contaron con esta información, la usaron para extorsionarlos, buscando cualquier dato de verdad sobre usted que pudieran obtener.

Ya tenían las mentiras preparadas de antemano. Solo necesitaban la información extra para mezclarla de manera que pudiera pasar como algo real. Eso lo enviaron a varias revistas y cobraron dinero por la exclusividad.

Al mismo tiempo, se presentaron como investigadores con una doble misión: robar información de la empresa y cubrir cualquier rastro que pudiera existir. Así, lograron colarse. Para su mala fortuna, la seguridad de los datos es muy estricta, así que no pudieron sacar nada. Pero si pudieron borrar su intervención con sus socios comerciales. De esta manera, recibían dinero para eliminar su crimen.

- Explicándolo así - dijo mi padre - Parece muy sencillo.

- Y lo es - intervine - Parece ingenioso, pero en realidad es algo sin nada de complejo. No solo eso, si no hubieran conseguido la información, o si las revistas rechazaban el artículo, o si no lograban entrar a la empresa central, todo se hubiera venido abajo. Fue muy conveniente que todo saliera de esa manera.

- ¿Eso es lo que les llamó la atención?

- No - mencionó Claire mientras buscaba algo - Lo extraño de todo esto es este cuaderno.

Claire puso sobre la mesa un cuaderno de color azul. Al abrirlo, estaba detallado todo el cronograma de siguieron los supuestos investigadores.

- Si se supone que son listos - comenté - ¿Por qué dejarían algo tan importante atrás?

*****

Como el asunto principal estaba arreglado, mi padre solicitó a sus amigos en la policía que detuviera a los supuestos investigadores. A los pocos minutos, salió un comunicado de ellos mencionando que habían creado todo alrededor de Arthur. El tiempo de todo fue muy extraño.

Solo que no teníamos tiempo de eso. Teníamos que resolver otros asuntos antes.

domingo, 22 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 22 "La aventura navideña de la familia - Tercera parte"

- ¿Esos problemas están relacionados con sus trabajos? - pregunté para continuar con la conversación anterior.

- En efecto - me respondió Arthur - Lo hablamos entre los tres y decidimos que era mejor contar con tu ayuda que con la de algún extraño.

Lo juro, mi familia si que es especial. ¿Cómo se les ocurre mencionar que tienen tres misterios en estas épocas? Se supone que esta época es de descanso...

Como si pudiera leer mis pensamientos, Claire se me quedó viendo fijamente. Es decir, el tiempo que llevamos de conocernos no es en vano. Así que, a pesar de lo que pudiera decir, la decisión ya estaba tomada.

- Ok. Los ayudaré a todos con sus problemas. Pero necesito que los expliquen a detalle y no se salten nada. Además, Claire necesita saber en que trabajan para que me pueda ayudar.

- Por supuesto hijo - empezó Arthur - Señorita Claire, disculpe nuestra falta de cortesía por no decir nuestras labores. En mi caso, soy un empresario. He construido varias marcas famosas a lo largo de los años, a lo mejor has escuchado de ellas. Siempre me he caracterizado por ser un cazador nato para las oportunidades.

Claire se había sorprendido. No podía creer que mi padre fuera alguien tan famoso, rico e influyente.

- Por mi parte - continuó Rose - soy una famosa entrenadora. No solo me dedico a aumentar la fuerza de mis estudiantes, sino a enseñarles todas las técnicas posibles para defenderse ante cualquier situación que se les presente.

Claire seguía sorprendida. ¿Cómo era posible que mi madre fuera alguien tan tranquila y amable pero a la vez, peligrosa?

- ¡Sigo yo! - dijo Lizbeth - Pues mi trabajo no es nada comparado al de mis papás. Soy una investigadora científica. Me dedico a resolver los grandes problemas de salud, química, física y matemáticas. He encontrado la solución a varios de los rompecabezas más complicados del mundo.

La sorpresa de Claire no paraba. Toda mi familia era muy talentosa a su manera.

- ¿Y qué problemas tiene cada uno? - cuestioné. Si seguíamos así, nunca íbamos a terminar.

- He recibido información preocupante. Algunas de las más prestigiosas revistas del mundo han construido una mala imagen a mi alrededor. El problema de todo radica en que la forma en que han escrito esa imagen mezclando verdades con mentiras no deja a dudas que es posible que lo haya hecho. Esto me ha afectado y he perdido varios contratos - explicó Arthur.

- ¿Has pensado que se puede tratar de algo interno? Si no, no tiene sentido que hayan conocido detalles tan precisos de algunas cosas

- Fue lo primero que se me vino a la mente. Pero han cubierto muy bien sus rastros. No tengo idea de como lo pueden haber hecho.

Apenas estaba reflexionando sobre ese asunto cuando mi madre habló.

- Me han estado atacando constantemente. No importa si estoy en una clase o participando en un torneo. Se juntan varias personas a mi alrededor y se lanzan contra mi. Los derroto rápidamente, pero es algo muy molesto que no me deja tiempo ni para respirar.

- ¿Y hay algún patrón para los ataques?

- Ninguno. Los que vienen a atacarme son unos mercenarios que no conocen el nombre de su contratista.

- ¿Cómo sabes eso? - pregunté lleno de curiosidad - No habrás practicado una de tus famosas técnicas de interrogación con ellos, ¿cierto?

Mi madre se mantuvo en silencio. Lo sabía. Pero, mi tren de pensamiento se vio interrumpido nuevamente, esta vez por mi hermana.

- Hace unos días, empecé a recibir unas cartas amenazadoras. Querían que dejara de investigar un problema por encargo. Si no, tendría graves consecuencias.

- ¿Problema por encargo? ¿Es decir que cualquiera puede haberlo tomado?

- Si. Pero se hace por consenso. Y eligieron que yo era la mejor opción. No se equivocaron - terminó de explicar mi hermana con una sonrisa.

Había algo que no cuadraba en todo esto. Muchas conveniencias y huecos. Necesitaba separar las tareas.

- Una última pregunta - les dije - ¿Por qué no hicieron una petición formal a la oficina? Es decir, no es como que fuera a rechazarlos.

Los tres se quedaron callados. Algo más que agregar a la lista de misterios navideños.

- Está bien - comenté luego de un rato - Ya tengo el panorama de lo que pasa. Pero debo platicar algo con Claire antes de iniciar. Así que mañana voy a empezar a solucionar todo. Por ahora, disfrutemos de la comida de Jim.

*****

Después de quedar satisfechos con la cena, Claire y yo nos retiramos a mi habitación. Mi familia la había mantenido exactamente como la última vez que la vi, excepto por un detalle. Agregaron una cama extra para que Claire durmiera en el mismo lugar. En serio, ¿qué estaban pensando?

- Y bien - dijo Claire sentándose en una de las camas - ¿De qué querías hablar?

Me senté frente a ella y la miré directo a los ojos.

- ¿Qué piensas de todo esto?

- Ni siquiera sé por donde empezar...

- Pregunta, es lo mejor para ordenar las ideas.

- Entonces... ¡¿Cómo es posible que exista una familia así?!

Tenía el presentimiento de que algo así pasaría. Es decir, mi familia si que es única.

- Lo único que se me ocurre son los genes. De alguna manera, nuestra herencia nos ha brindado algo más allá de lo normal. Pero no siempre fue así.

- ¿No?

- Si tuviera que describirlo... Sería una combinación de las condiciones en las que vivimos y nuestro entrono lo que activo aquello que dormía en nuestro interior.

- Si lo describes así, para que son super humanos - dijo Claire con una sonrisa.

- ¡No creas que somos el resultado de algún experimento! Mis abuelos son normales, mis tíos también, incluso mis primos. Solo nosotros salimos así.

- Lo que me lleva a preguntar otra cosa - reflexionó Claire - ¿Qué pasó contigo?

- ¿A que te refieres?

- ¿Por qué eres así? ¿Por qué eres detective?

- ¿Te prometes que no te reirás?

- Lo prometo

Tomé un poco aire antes de continuar. Esto no iba a ser sencillo.

- Porque... Quería parecerme a mi personaje favorito.

Claire empezó a reír sin control. No la puedo culpar. Es una razón tonta.

- ¡¿En serio?! - dijo sin parar de reír - Todo lo que has hecho... ¿solo para parecerte a tu personaje favorito?

- Si. No lo puedo negar. Como sabes, soy un adicto a los libros. Leo todo lo que puedo. Pero, siempre me han gustado las historias de detectives sobre todas las demás. ¿Y cómo no? Se enfrentan a peligrosos rompecabezas, destruyen los planes de los malos, viajan por el mundo, pero, sobre todo, ayudan a las personas. Cada misterio resuelto es una o más personas a salvo. Así como esas historias que leía cuando era más joven.

Justo cuando terminé de hablar, Claire se levantó y me dio un gran abrazo.

- Aquí el único tonto eres tú - comentó - Gracias a ese pequeño deseo, es que yo estoy aquí. No lo olvides. Has sido de mucha ayuda a este mundo.

Le regresé el abrazo a mi amiga y nos quedamos así unos minutos.

- Entonces, ¿por qué cortaste lazos con tu familia?

- No estaban tan de acuerdo con mi elección de ser detective. No se opusieron a ella, pero dijeron que, con mis talentos, podría ser alguien más. No quería decepcionarlos más, así que, poco antes de conocerte, me salí de la casa y no los volví a contactar sino hasta hoy.

- Y ahora ellos han venido a pedirte ayuda. ¿No crees que han aceptado un poco tu trabajo?

- Puede ser... Pero nos hemos desviado del punto. Una vez que los has conocido, ¿qué piensas de ellos?

- Son únicos, como tú. Sin embargo, eso hace que sus problemas sean más raros.

- ¿A qué te refieres?

- Si son así de inteligentes, debieron haber podido resolver todo esto incluso antes de que comenzara.

- Así que pensamos igual - le dije a Claire - Hay algo raro en todo esto, pero me faltan datos para unirlo todo. Pro el momento, los ayudaremos. ¿Con quién empezamos?

sábado, 21 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 21 "La aventura navideña de la familia - Segunda parte"

- ¡Alto! - grité.

Claire estaba dando unos pasos para cruzar la puerta del jardín de la villa. Algo no estaba bien. Era muy sencillo.

- ¿Qué pasa? - preguntó mi compañera.

- Esto.

Tomé una pelota de mi bolsillo y la aventé por la puerta. De pronto, un grupo de perros robot salieron de la nada y se lanzaron sobre ella. ¿Para atacarla? No, querían jugar con ella.

- Si hubieras cruzado, estarías completamente rodeada de esos perros. Y no te hubieran dejado ir por horas. Son muy insistentes. Vamos a esquivarlos con sigilo.

Estaban entretenidos con la pelota, por lo que fue más sencillo de lo que esperaba cruzar. Pero esto todavía no acababa.

A mitad del camino hacia la puerta frontal, volví a detener a Claire, indicándole que guardara silencio. Tomé un palo de madera que estaba convenientemente cerca y empecé a golpear el suelo. Cuando puse un poco de peso en uno de los mosaicos, salieron disparados varios proyectiles contra nosotros. 

No podíamos ver quién los estaba arrojando. Pero, eso no impidió que supiera de donde lo estaban haciendo. Rompí el palo en dos pedazos y los lancé a las copas de los árboles más cercanos. Lo único que alcance a escuchar fue un pequeño grito de dolor por el golpe. Aprovechando ese pequeño momento, tomé a Claire de la mano y corrimos a la puerta.

*****

- ¡A salvo! - dijo Claire, recuperando el aliento después de ese pequeño ejercicio.

- No cantes victoria - le dije - falta una última prueba.

Señalé un panel numérico al lado de la entrada. No era algo convencional, sino que tenía una serie de números que cambiaban cada cierto tiempo.

- ¿Qué es eso?

- Es un panel criptográfico. Esta diseñado para cambiar su estructura cada 5 segundos o cada que se pulse una tecla. Si no ingreso la contraseña correcta en 1 minuto, o si pulso una tecla mal, estaremos en problemas.

- ¿Sabes la contraseña?

- No. No la sé. Pero eso lo hace más divertido.

Observé el panel durante algunos cambios, buscando su lógica. Faltando 20 segundos, la descubrí, oprimiendo 5 teclas. Cuando terminé, se escuchó que la puerta se había desbloqueado.

- ¡Lo lograste! - me felicitó Claire

- Pero no lo suficientemente rápido.

- ¿Y eso qué?

- Cuando abra la puerta lo verás.

 Ni bien había terminado de abrir la puerta cuando sucedió.

- Jim - dijo una voz de mujer adulta - ¿Cuánto tiempo se tardó en llegar a la puerta?

- Sumando el tiempo entre el código, los perros, los ninjas y el trayecto... 8 minutos - respondió Jim quién, de alguna forma, ya se encontraba dentro de la villa aunque estaba detrás de nosotros.

- Te estás volviendo lento - comentó una voz de un hombre adulto.

- Cuando nosotros lo hacemos, no duramos más de 3 minutos - continuó la voz de una joven.

- Lo sé, lo sé. Pero, aún así, les falta mucho para que me obliguen a rendirme - respondí.

Claire estaba en completo silencio, observando la conversación que tenía con aquellas personas. No sabía que le había causado más impresión, sin la loca serie de pruebas, la presencia de Jim o todo lo que decían.

- ¿Me podrías decir que está pasando? - cuestionó después de un rato.

- Cierto cierto. Fue muy grosero por mi parte. Ellos de seguro ya te conocen bien, pero tu ellos no. Claire, te quiero presentar a mi familia.

El primero en presentarse fue el hombre adulto. Estaba vestido de manera muy elegante con un traje sastre hecho a la medida y calzado italiano a la moda. Era de piel blanca y negros cabellos. Su altura era de alguien que imponía respeto.

- Mucho gusto, pequeña Claire. Mi nombre es Arthur, y soy el padre de esa persona grosera de ahí - dijo, agachándose para darle un beso en el dorso de la mano de mi compañera mientras me señalaba con un gesto de la cabeza.

Luego se presentó la mujer adulta. Al igual que Arthur, era de piel blanca y cabello color negro. Tenía una figura muy bien cuidada, la cual resaltaba por la ropa deportiva que usaba. Era un poco más alta que Claire, pero más baja que Arthur.

- ¡Hola Claire! Mi nombre es Rose y soy la madre de esa causa perdida - le dijo al mismo tiempo que le tomaba la mano.

Por último, se presentó la joven. Era de la misma estatura de Claire, de piel blanca y cabello chino de color castaño. Estaba usando una bata de laboratorio y unos lentes de protección.

- ¡Hola! Mi nombre es Lizbeth y soy la hermana menor de esa cosa - dijo saludando desde lejos.

- Ya que nos hemos presentado, ¿quieren comer algo? - preguntó Rose.

*****

- Entonces, ¿qué es lo que quieren? - les pregunté.

Ya estábamos en la mesa del comedor, esperando a que Jim sirviera su mundialmente conocida comida de cinco tiempos.

- ¿No podríamos solo querer pasar estas fiestas contigo? - cuestionó Arthur.

- Con ustedes, nada es tan sencillo. Debe haber una razón oculta... ¡Auch!

Claire me dio un buen pisotón. Eso va a doler un buen tiempo.

- ¡¿Cómo se te ocurre decirle algo tan grosero a tu familia?! - me regañó mi compañera.

 - No te preocupes Claire - la tranquilizó Rose - Este hijo siempre ha sido una causa perdida. Desde que me acuerdo, ha visto la intención detrás de las palabras y acciones de todos.

- Pero esa cosa tiene razón - continuó Lizbeth - Queríamos pasar estas fiestas contigo, ya que hace años que no te comunicas con ninguno. Sin embargo, los tres estamos en problemas y necesitamos la ayuda de un detective.

No pude evitar reír por lo absurdo de todo. Lo juro, mi familia si que es única.

viernes, 20 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 20 "La aventura navideña de la familia - Primera parte"

Claire y yo nos encontrábamos, como es la costumbre, en la oficina. Pero esta vez no esperábamos algún caso. Cerramos por un par de días para celebrar la Navidad tranquilos. Aun así, no me encontraba tranquilo.

- ¿Qué te pasa? – preguntó Claire – Estás muy inquieto.

- Tenemos que estar vigilantes Claire – respondí – Ya van dos años en los que nos vemos involucrados en incidentes durante Navidad. No podemos estar tranquilos sabiendo que puede pasar cualquier cosa…

- Ah, ¿eso? – dijo Claire con un tono monótono – No tienes nadas de que preocuparte. Hace unos días hablé con Santa y me dijo que todo está en orden. Reforzaron la seguridad del taller y nadie ha pedido regalos peligrosos. Además, la logística para la entrega va sin retrasos. Por lo que no habrá ningún caso este año.

- ¿En serio? – comenté soltando un gran suspiro – Entonces ahora si toca relajarse.

Cuando iba a cerrar los ojos durante unos minutos, Claire hizo una expresión que indicaba que se había acordado de algo. Esto no podría ser algo bueno.

- Por cierto, hace un par de semanas te llegó una carta sin remitente. ¿La pudiste leer?

- Si

- ¿Y qué era?

- Nada importante

No había terminado de responder cuando Claire se puso frente a mí.

- ¿Hace cuánto tiempo que nos conocemos?

- Pues… ya han pasado algunos años. Después de todo lo que hemos vivido, parece que nos conocemos desde siempre.

- Ese es el punto al que quería llegar. Sé diferenciar cuando dices que no es nada a cuando realmente no es nada. No solo eso, sino que tu respuesta cuando no quieres hablar de algo que te incomoda. Así que dime, ¿qué era esa carta?

No tenía escapatoria. Así como Claire me conocía, yo la conocía a ella. No me iba a dejar ir con una respuesta a medias. Tendría que decir la verdad.

- Era una carta de mi familia. Nos invitaban a pasar la Navidad con ellos.

Claire tenía una enorme expresión de sorpresa en su rostro. Creo que no la había visto así en mucho tiempo…

- ¡¿Tu familia?! ¡Nunca me has hablado de ellos a pesar de lo mucho que te pregunto! ¡Quiero ir a conocerlos! ¿Qué les respondiste?

- No les he respondido porque no vamos a ir.

Otra expresión de sorpresa combinada con enojo

- ¿¡Cómo!? ¿Por qué no quieres ir a verlos?

- ¿La verdad? Es muy difícil tratar con ellos. Son… únicos a su manera. No es que nos llevemos mal, pero hace mucho que no hablamos ni pasamos una festividad juntos. Sería muy raro que me presentara de repente.

- ¡Pues con más razón! Además, no sería de repente, ya que te están invitando a pasar las fiestas juntos. ¿Sabes que es lo que daría yo por volver a estar con mis padres? – dijo Claire con un tono que dejaba ver una profunda tristeza.

No podía ganar contra esa carta. Los padres de Claire habían sido asesinados como parte del plan maestro de Marlene. Si ese evento no hubiera ocurrido, Claire y yo no estaríamos resolviendo misterios juntos.

Creo que nunca se lo había comentado a Claire, pero, en los días siguientes a la resolución del primer caso, ella tenía muchas pesadillas, hablaba entre sueños. En todos ellos, Claire gritaba el nombre de sus padres y les decía que no la dejaran sola. Estos eventos solo reafirmaron mi decisión de no dejarla sola nunca. No obstante, sabía el peso que tenían en su vida. Y sabía que no quería que yo me arrepintiera de lo mismo.

- Está bien – concedí – Iremos.

Claire saltó de felicidad.

- ¡Perfecto! No hay tiempo que perder, hay que escribir una respuesta de inmediato.

- No es necesario. Ya vinieron por nosotros.

No había terminado de decir esas palabras cuando llamaron a la puerta. Me levanté de mi asiento y abrí la puerta para darle paso a un señor vestido de traje, con cabello blanco y un bigote muy bien cuidado del mismo color.

- Hola Jim – le dije al señor - ¿Todo está preparado?

- Efectivamente señor – respondió Jim con un tono muy formal – Su familia los espera a la señorita Claire y usted en la villa.

- Así que la villa, ¿eh? Pensaba que iban a pasar estas fiestas en la playa o las montañas.

- Ese era el plan original, pero hubo un ligero cambio de último momento. Aunque la villa ya está equipada con lo necesario para estos días. ¿Me acompañan?

- Por supuesto.

Salimos por la puerta de la oficina, asegurándola y volviendo a poner el anuncio de que no estábamos disponibles. Al pasar por la puerta del edificio, nos encontramos con un coche de lujo. Jim se acercó a la puerta y la abrió para nosotros. Una vez dentro, y con Jim al volante, Claire habló por primera vez.

- ¡¿Qué está pasando?! – cuestionó con un tono entre sorpresa e incredulidad.

- ¿Esto? Es lo normal con mi familia.

- ¿Cómo que esto es normal? ¿Cómo supieron que íbamos a ir y lo tenían todo preparado para viajar al momento?

- Eso es gracias a Jim. Es uno de los mejores mayordomos que hay. Siempre está atento a lo que necesita mi familia y se hace cargo sin ningún problema.

- Pero ¿cómo nos escuchó?

- Jim tiene un muy buen oído. Desde hace algunos días ha estado rentando un lugar cercano a la oficina para escuchar el momento en que hubiera una respuesta positiva.

- ¿A cuánta distancia te refieres con “cercano”?

- Como unos… ¿10 kilómetros?

- ¡Eso no es nada cercano! – respondió Claire dejando salir toda su sorpresa en una sola frase.

- Lo sé. Te dije que mi familia era única.

- Tanto como tú – concluyó Claire con un tono burlón.

Aún nos quedaba un largo viaje a la villa, así que le sugerí que durmiéramos. Las habilidades de manejo de Jim hacían que el trayecto fuera suave. Con eso, cerramos los ojos y nos dejamos llevar.

Después de un buen rato, Jim detuvo el coche.

- Señor, Señorita Claire, ya llegamos – nos dijo desde el asiento del conductor.

Claire y yo nos despertamos al momento, con las puertas ya abiertas por un par de ayudantes. Al salir del coche, nos sorprendió la vista de una enorme construcción que se parecía más a un hotel que a un hogar.

- Bienvenida a la villa – dije – ¿Lista para conocer a mi familia?

jueves, 19 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 19 "Una nueva reunión - Segunda parte"

Yui abrazó a Liz durante un buen rato, soltando todas las lagrimas contenidas durante esos 10 años. Era un verdadero milagro volverla a tener frente a ella. Todos sus sentimientos explotaron en ese pequeño momento.

Cuando se había quedado más tranquila, invito a Liz a pasar a su casa. Su amiga se sorprendió por el estado del lugar, ya que Yui no tenía buenos hábitos de limpieza y se acordaba de todas las veces que tuvieron que quedarse en su habitación para arreglarla antes de salir a cualquier parte.

Yui, con ese comentario, se convenció nuevamente. Liz estaba frente a ella. Viva. No quería pensar en ese momento que sería la última vez que la vería. Solo quería pasar un buen tiempo con ella.

*****

Así, empezaron a ponerse al día. Bueno, sería más correcto decir que Yui le estaba contando a Liz como habían sido los últimos años. Como toda su familia y sus amigos la extrañaban mucho, como se reunían cada año en su cumpleaños para continuarla celebrando, que era lo que estaban haciendo todos sus seres queridos...

Pero a Liz no le interesaba mucho como estaban los demás. Le interesaba como estaba Yui, su mejor amiga.

No quería llegar a ese punto, era algo vergonzoso para ella. Pero Liz le tomó la mano para tranquilizarla y le dijo que le contara. Así que por segunda vez en poco tiempo, Yui volvió a tomar aire.

La vida de Yui no había sido fácil. Desde la muerte de Liz, se había aislado de todo el mundo. Faltó varias semanas a la escuela, aunque no le afectó en su calificación, por lo que pudo graduarse. Le costó seguir adelante en la universidad, en un entorno donde ella no estaba. Poco a poco, generó algunas conexiones con sus compañeros, pero no tan profundas y significativas como la de ella. Aunque la invitaban a salir, sacaba una excusa para no asistir.

Liz, conforme su amiga le contaba su historia, se preocupaba más y más por ella. Se había convertido en alguien diferente por fuera, pero, sentía que seguía siendo la misma por dentro. Así que, antes de ayudarla, decidió preguntarle si había encontrado a una pareja.

Ella se estremeció un poco ante esa pregunta. Le respondió que no, que durante estos diez años no había sentido amor o una conexión especial con alguien más. Era muy difícil para ella salir adelante. Había tenido algunas citas, arregladas por una compañera muy cercana, pero ninguna pasaba de los 30 minutos.

La curiosidad de Liz se había encendido. ¿Quién era esa compañera cercana? Yui le contó que se llamaba Bea y la había conocido ya que las asignaron juntas al primer proyecto de su carrera. A pesar de sus negativas y su mala actitud, su compañera no la había dejado sola. Una vez le preguntó porque estaba junto a ella, a lo cual le respondió que le caía muy bien y era muy linda.

Liz se emocionó ante la respuesta y le pidió que le mostrara una foto. Ella se mostró y vio que era una joven muy hermosa, así que quiso preguntar más, pero Yui no se dejó y cambió la conversación. Le dijo que había planeado muchas actividades durante el día para sacarle el máximo provecho a su última reunión. Y le comentó todo lo que iban a hacer. Pero debían esperar un poco para el amanecer. Así que el resto del tiempo lo ocuparon para ponerse al día con algunos de sus gustos como las series, artistas, música, libros...

*****

Luego de salir el sol, Yui llevó a Liz a un desayuno buffet para que comiera todo lo que pudiera. Disfrutaron de todo tipo de alimentos hasta reventar. Luego fueron a bajar la comida recorriendo un acuario, en donde se tomaron fotos en una cabina.

Después, recorrieron un centro comercial, donde elegían ropa para Yui, y terminó comprando 5 conjuntos nuevos. Por cortesía, le pregunto a Liz si quería ver a alguien y ella respondió que no, que solo quería pasar el rato con su mejor amiga. Pero, que si le diera oportunidad para dejarles un pequeño mensaje. Así que hizo algunos ajustes a su plan y continuaron.

De todos los lugares que debían visitar, no podía faltar el parque donde habían pasado tantas tardes. Seguía exactamente igual que la última vez que lo visitaron. Por lo que sabían, los vecinos se hacían cargo del mantenimiento del lugar, más que nada para que los niños no perdieran un lugar donde divertirse.

Se subieron al carrusel, vieron que ya no cabían en la resbaladilla y usaron los columpios durante un buen rato, riendo durante todo el tiempo. Antes de que se ocultara el sol, regresaron a la casa de Yui, sin que ella le pudiera entregar la carta, excusándose que no era tiempo para eso, quería disfrutar el tiempo con su amiga sin preocuparse por otra cosa.

*****

Una vez dentro de la casa, Yui le dijo a Liz que después de cenar algo podría bañarse, a lo que recibió de respuesta que si no quería que entraran juntas. Entre la sorpresa y el vergüenza, le dijo que no, que  no podría hacerlo. Liz le dijo que solo era una broma y se metió a la cocina a preparar los alimentos.

Yui lloró otra vez al probar la comida de su amiga de nuevo. No había sabor que se le comparara, y lo disfrutó hasta saciarse. Mientras Liz usaba el baño, se puso a pensar en la carta de nuevo. Ya se estaba acercando la hora de la despedida y debía terminar con esto. Pero, no se sentía lista. Tenía miedo de que todo este día terminara mal. Así que decidió guardar la carta. Sin embargo, en ese momento Liz le avisó que el baño estaba listo para ella y solo la dejó sobre la cama.

Luego del baño, regresó a la habitación, donde Liz ya estaba acostada en la cama esperando por ella. Querían dormir juntas como lo habían hecho tantas veces, era la forma perfecta de dar cierre a todo.

Se dieron un gran abrazo y justo antes de poder cerrar los ojos, Liz le dijo que pudo leer la carta. Es decir, ¿cómo no hacerlo? La había dejado a la vista de todos. En ese momento, Yui perdió el color por completo y se volteó, cubriéndose la cara.

Pero, Liz la volvió a abrazar y le dijo que necesitaba decirlo en voz alta, si no, no la iba a soltar y, más que eso, no podría estar en paz. Con esas palabras, Yui se armó de valor y dijo lo que más quería decirle durante el tiempo de su amistad:

"Te amo Liz. En serio, te amo mucho. No solo como amiga, sino de manera romántica. No quiero volver a amar a nadie más que no seas tú."

Por tercera vez en 24 horas, Yui soltó en llanto, siendo abrazada todo el tiempo por Liz, quién le agradecía sus sentimientos y le pedía perdón por haberse ido antes. Ni se dieron cuenta en que momento se quedaron dormidas.

*****

Cuando Yui se despertó, Liz ya no estaba ahí. Se iba a poner a llorar de nuevo cuando sintió algo en su mano. Era una carta de su amiga.

En ella, le agradecía por el tiempo que había pasado con ella, tanto en vida como en este último día. También, le dijo que ya sabía que la amaba, y ella también lo hacía, pero la enfermedad les quitó mucho. Al volverla a ver, se dio cuenta que su tiempo se había detenido el día que ella se fue. Pero necesitaba que su tiempo continuara. Aunque ella no estuviera ahí, podría volver a amar. No quería que después de esta despedida, volviera a perderse. Quería que viviera y siguiera adelante, por ambas. Y había una postdata:

"¿No crees que te llevarías muy bien con Bea? Se verían muy bien juntas".

Terminó de leer y volvieron a caer las lagrimas. Pero, esta vez, no eran lagrimas de tristeza, sino lagrimas de un corazón arropado, caliente, querido. Seguiría caminado hacía adelante, por ambas, para que, cuando se volvieran a reunir, no hubiera arrepentimientos de nada.

Yui regresó a la ubicación de la tienda "Reunión" para agradecerle a Ross, pero ya no estaba ahí, solo quedaba un pequeño mensaje que decía:

"Esperamos que su reunión haya sido de lo más placentera. Hasta que el destino nos vuelva a encontrar".

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 18 "Una nueva reunión - Primera parte"

Yui aún no había superado la muerte de Liz.

Es decir, ¿cómo podría? La había conocido toda su vida: misma escuela, mismo vecindario, mismos gustos; lo compartían casi todo... excepto una pequeña cosa.

Liz tenía un fuerte cáncer que la fue debilitando poco a poco hasta que dejó este mundo hace diez años. En ese momento Yui estaba devastada. tenían tantos planes juntos, tantas cosas por hacer, tantas palabras por decir... Y todo se había esfumado en un instante.

 O eso se suponía.

En redes, había estado circulando una curiosa promoción. Al parecer, existía un lugar donde te podías comunicar con los muertos. Así que Yui fue a buscar ese lugar.

Luego de un largo viaje, llegó a su destino. Era una tienda oculta en un callejón alejado de toda la luz de la ciudad. No había ninguna señal que indicara de que era ese lugar, pero ella sabía. Tenía la seguridad que ahí iban a cumplir con su deseo.

*****

Yui entra a la tienda y ve que es un lugar muy extraño. Esperaba que fuera un lugar lleno de materiales para magia, pero era un típico lugar con un solo mostrador y un sujeto con lentes detrás de este.

El joven se presentó como Ross y le preguntó a que venía a su tienda. Ella le responde que había visto que en ese lugar podía hablar con los muertos y quería ver si era cierto. 

El joven le contesta que si, que es verdad. Que en este lugar, llamado "Reunión", podías volver a contactar con los muertos.

Yui aún estaba escéptica ¿Cómo era posible que un lugar así existiera? Ross, por su parte, sabía lo que su clienta estaba pensando. Ha estado en este negocio desde hacía varios años y las dudas e inquietudes siempre son las mismas. Entonces, le dijo que para calmar sus preguntas, le haría una pequeña prueba.

Ross le pidió a Yui algo de la persona con la que se quería comunicar, así que le pasó una pulsera que Liz había tenido durante su estancia en el hospital. Era de los pocos objetos que siempre tenía consigo.

Se la entregó al joven, quién cerró los ojos y se concentró. Cuando los volvió a abrir, Ross le dijo que había hecho contacto con su amiga Liz y que estaba dispuesta a verla una última vez. La describió como si la hubiera conocido de años, explicando incluso su manera de ser y una que otra anécdota que solo ambas conocían.

Yui se había convencido... Pero su escepticismo ahora daba el paso a otra emoción. El miedo. Este tipo de "contratos" no debían ser algo ordinario. Le estarían pidiendo algo extraordinario a cambio.

Ross le contestó que no. Que no le pediría nada a cambio. A lo mejor, solo una cosa: que hiciera de ésta una reunión muy especial para las dos, ya que no podría convocarla nuevamente.

Yui le preguntó que era lo que se refería, así que Ross le empezó a explicar las reglas de la reunión.

La persona con la que te querías encontrar llegaría a la puerta de su casa a medianoche, estando con la solicitante por un período de 24 horas, para luego volver al mundo de los muertos. Una vez que se ha convocado a una persona fallecida, no se le puede volver a convocar, así que, si tenía algún asunto pendiente, debía hacerlo en ese lapso. El delgado velo entre la vida y la muerte era riguroso con las reglas. A las 23:59 sería el adiós definitivo. Y no podía preguntarle nada sobre el otro lado, eso es algo que cada quien debe conocer al final por si mismo.

Yui se estremeció. Era como si en aquella conversación que tuvo con Liz, Ross hubiera descubierto algo más. Pero no podía preocuparse por eso en estos momentos. ¡Volvería a ver a su amiga! Le agradeció mucho al joven de los lentes y salió rápidamente del local para prepararse.

*****

Yui regresó a su casa de inmediato, no tenía tiempo que perder. Quería tener todo listo para cuando Liz llegara.

Limpió cada rincón de la casa, pidió la comida que ambas habían disfrutado, y preparó varias opciones para divertirse en su único día de reencuentro. Pero, lo más importante de todo, preparó una carta que nunca le había podido dar cuando estaba con vida. Después de poner todos sus sentimientos en ella, le dio miedo entregarla. ¿Cómo se sentiría Liz después de leerla? No quería imaginar ese escenario. Sin embargo, esta era la última oportunidad que tendría.

Luego de preparar todo, Yui quedó muy cansada. Ya era entrada la noche, y toda la emoción del día se convirtió en desgaste. Se estaba quedando dormida. Pero no quería. Si lo hacía, perdería minutos valiosos con Liz. Caminaba, hacía ejercicio, tomaba bebidas energéticas, ponía música a gran volumen... Estaba agotando todas las opciones para mantenerse atenta.

Justo cuando estaba cayendo derrotada, sonó el timbre de su casa. Esta simple acción la había despertado. Emocionada, fue rápido a la puerta. Antes de abrirla, respiró varias veces, en un vago intento de relajarse.

Cuando estuvo más calmada, abrió la puerta. Frente a ella, se encontraba una mujer de su misma edad. Pero era imposible, ella había pedido que Liz se presentara. Aunque había algo en su rostro que era muy familiar, así que decidió hacer una prueba.

La llamó por su apodo de la infancia, y ella le respondió con el suyo. Justo en ese momento, Yui comenzó a llorar de manera desconsolada. Liz había regresado.

martes, 17 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 17 "Una historia de El Vigilante - Los mensajeros de la destrucción tercera parte"

¡Una presentación especial! Una aventura más del superhéroe más grande de la Tierra: ¡El Vigilante!

Erik y Anna estaban cayendo directo hacía la muerte.

Gracias a sus poderes, Erik pudo ver que al final de la caída había un grupo de pinchos que estaban listos para atravesarlos. Muy típico de los villanos, pensó.

Pero se encontraba en un aprieto. Tenía que salvar a Anna de una manera en que no se revelara su identidad como "El Vigilante".

Aprovechando la oscuridad de la caída, se dirigió rápidamente a la parte donde estaban los pinchos y los hizo pedazos uno a uno. Luego, construyó una pequeña cama para resistir el aterrizaje. Cuando hubo hecho esto, volvió al lado de su compañera y la abrazó para dar la impresión de que la estaba protegiendo de cualquier dado, siendo que en realidad estaba disminuyendo la velocidad de su caída poco a poco para aterrizar a salvo.

El plan funcionó a la perfección. Ambos llegaron sanos y salvos hasta el final.

- ¿Cómo fue que...? - empezó a decir Anna antes de ser interrumpida por Erik.

- Eso no es importante, debemos detener a El Líder Supremo o como sea que se llamé.

De esta manera, empezaron a recorrer las instalaciones subterráneas del edificio hasta llegar a una gran puerta de metal. La revisaron y vieron que era imposible de tirar abajo a menos que tuvieran fuerza sobrehumana.

- Anna, voy a buscar una salida - dijo Erik - Una vez fuera, contactaré a "El Vigilante" para que venga a ayudarnos. Es cierto que lo detesto, pero no podemos hacer nada sin él.

Su compañera estuvo de acuerdo y dijo que iba a esperar al lado de la puerta por si el villano decidía salir.

*****

Aprovechando la oportunidad, Erik se escondió en uno de los túneles y se cambió a su traje de superhéroe, volviendo de inmediato al lado de Anna.

- ¡Vigilante! - dijo ella - ¿Erik te logró contactar?

- Así es - respondió - Ahora, está a salvo afuera del edificio, alejando a las personas de los alrededores para que no sufran daños. Mientras, tu y yo nos vamos a encargar de este sujeto despreciable.

Con un solo golpe de su poderoso puño, la puerta de metal se vino abajo con un sonoro estallido. Una vez dentro de la sala, vieron a un señor de blancos cabellos al lado de un gran botón rojo.

- ¡Bienvenidos! - respondió el señor - No esperaba que sobrevivieran a esa caída. Eso si que fue un milagro. En vista de eso, me presentaré. Yo soy El Líder Supremo.

Así que él era el causante de todos los problemas recientes.

- Ríndete. No podrás ganar - gritó Anna.

- ¿Eso cree agente? La verdad es que ya he ganado.

- ¿Cómo? Pero si sus lacayos todavía no han podido apretar el botón de lanzamiento al mismo tiempo. Tengo alguno conmigo.

- De nuevo demuestran su ingenuidad, señorita. ¿En serio creen que les daría algo tan importante a todos? Para nada. El botón a mi lado es el verdadero. Y lo apreté hace 30 segundos. Los misiles ya han sido disparados.

Cuando terminó su discurso, mostró una pantalla donde se veía claramente la trayectoria de los misiles. Eran demasiados, ni "El Vigilante" podría detenerlos todos.

*****

O eso pensaba el líder. Su mayor error fue mostrarle la ubicación de todas las armas. En menos de un minuto, "El Vigilante" viajó a cada uno de los puntos marcados, tomó el misil y lo desactivó con sus propias manos, dejándolo inservible. Cuando hubo regresado de ese trabajo, la pantalla estaba en blanco, sin ningún misil.

- ¡Maldito Vigilante! - le dijo El Líder Supremo - Pudiste haber ganado esa batalla, pero aún te queda una aún más difícil.

El Líder saca una caja de su bolsillo y la abre, dejando escapar una luz de color violeta. Anna no sabía que estaba pensando hasta que vio a "El Vigilante" a su lado... de rodillas y jadeando.

- Jajaja - El Líder Supremo estaba riendo sin control - En serio que todos los que están del lado de la justicia son tontos. ¿Creíste que no teníamos un plan de contingencia? Te hemos estudiado, superhéroe. Cada una de tus batallas la hemos repasado hasta el cansancio. Así, descubrimos tu debilidad. Trabajamos de cerca con la central nuclear para crear esto. Ahora, muere.

"El Vigilante" estaba perdiendo la fuerza poco a poco, mientras el Líder Supremo se divertía al verlo. Sin embargo, se había olvidado de algo muy importante. Más bien, alguien.

Anna le dio un buen golpe al villano, quien cayó al suelo y dejó la caja fuera de su alcance. Ella se apresuró a cerrarla para ayudar al héroe. Una vez hecho esto, "El Vigilante" se empezó a recuperar.

- Muchas gracias. Ahora, tengo que irme.

El héroe alzó el vuelo, para que poco después Erik apareciera.

- ¿Qué pasó aquí? - preguntó

- ¿Qué pasó? Nada, solo que salvé a nuestro héroe local - le respondió Anna.

- "El Vigilante" es un completo inútil si tiene que ser salvado por alguien.

- ¡No digas eso! Si no fuera por él, no estaríamos aquí. Por cierto, ¿qué pasa contigo? Te veo cansado.

- Nada nada. Olvidado, mejor llevemos a este sujeto a la comisaria.

*****

Sin que Ana y Erik lo supieran, desde otra parte habían estado vigilando toda la situación.

- Así que ese es tu secreto "Vigilante" o, debería decirte, ¿Erik?....

*****

¡Esta ha sido una aventura de El Vigilante! ¡Esperen con mucha emoción la siguiente entrega!

lunes, 16 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 16 "Una historia de El Vigilante - Los mensajeros de la destrucción segunda parte"

¡Una presentación especial! Una aventura más del superhéroe más grande de la Tierra: ¡El Vigilante!

Anna se encontraba en problemas. Había sido capturada por "Los mensajeros de la destrucción". En estos momentos, estaba atada de pies y manos a una silla.

- Bien bien - empezó a decir el mensajero de cabello negro, quién la había noqueado momentos antes - ¿Qué tenemos aquí? Eres una toda belleza.

Hizo el gesto de tocar su rostro, pero Anna no se dejó.

- No importa. Ni tu ni nadie van a poder detenernos. El mundo se salvará.

- ¡Eso no es salvación! Es destrucción.

- Exactamente policía - comentó el mensajero rubio - Solo a través de la destrucción pude surgir algo nuevo. No es raro que nuestro planeta este condenado.

- Talas, incendios, extinciones... - continuó el mensajero calvo - Todo causado por la humanidad para asegurar su salvación.

- Pero el mundo no puede seguir así. Necesita pasar por un nuevo ciclo de destrucción y reconstrucción para que todo esté en su lugar - terminó el mensajero alto.

Anna entendió que no podía razonar con ninguno de ellos. Así que solo le quedaba sacar la mayor cantidad de información.

- ¿Por qué un arma radioactiva? Así, no quedará nada que se pueda reconstruir por cientos de miles de años.

En ese momento, todos empezaron a reír.

- ¿En serio crees que eso es lo que vamos a usar? Eso solo fue una pequeña distracción para mantener su atención en otro lado. En serio que son ingenuos los policías. 

- Si si. Muy ingenuos.

- Permitenos iluminarte con nuestra inteligencia.

Sacaron un pequeño control de cada uno de sus bolsillos.

- En el momento en que todos los mensajeros oprimamos este botón al mismo tiempo, el mundo será salvado.

- Los misiles que están guardados por todo el globo serán lanzados y caerán en distintos puntos aleatorios.

- Así, no habrá ningún prejuicio sobre quien vive y quien muere. Todo será dejado a la suerte.

- Y nadie podrá detenernos.

- Eso era lo que necesitaba oír - dijo Erik haciendo resonar su voz por todo el lugar.

*****

Erik, al haber perdido la comunicación con Anna, decidió usar sus poderes para localizarla lo más rápido posible.

Regresó al punto en donde se separaron y, usando su visión en diferentes espectros, logró localizar las huellas de su compañera y las del mensajero que estaba siguiendo.

Las pisadas lo llevaron al almacén en las afueras de la ciudad. Antes de entrar, uso su visión de rayos X para observar la situación en el interior. Vio como se llevaban a Anna para atarla a la silla. Debía hacer un plan para salvarla sin cambiarse a su persona de "El Vigilante", todavía no era tiempo.

Erik se infiltró de manera más sigilosa en el almacén. Se acercó a la caja de electricidad. Durante ese tiempo, escuchó la conversación de Anna con los mensajeros, esperando el momento para intervenir.

*****

Poco después de que Erik anunció su presencia, apagó las luces del lugar. Entre toda la confusión, se dirigió rápidamente a donde estaba su compañera y noqueó a todos los mensajeros excepto a uno, el mensajero de cabello negro. Se notaba que era alguien importante dentro del culto.

Las luces de emergencia se encendieron y solo quedaban de pie Erik, Anna y el mensajero de cabello negro. Ahora si podrían obtener las respuestas que necesitaban.

- ¿Qué fue todo eso? - le preguntó Anna a Erik.

A pesar de estar viajando a la ubicación del cuartel central del culto que habían obtenido con su interrogatorio, Anna no había olvidado lo misterioso que fue todo en el almacén.

- ¿Cómo pudiste vencer a todos esos sujetos en tan solo unos segundos?

- Tal vez soy más fuerte de lo que piensas - le respondió Erik en tono burlón.

- Ja ja. Muy gracioso. Esta vez lo dejaré pasar, pero cuando esto termine, sufrirás mi interrogatorio.

El cuartel se encontraba no muy lejos del almacén, oculto a plena vista en un edificio muy alto. Erik y Anna no encontraron ningún problema al ingresar, parecía como si los estuvieran esperando.

- ¡Bienvenidos al nuevo mundo agentes! - los recibió una voz por los altavoces - Permitan que me presente. Soy El Líder Supremo, su nuevo gobernante y señor. La verdad es que cuando mis súbditos no se reportaron, me imagine que esto pasaría. Pero no importa, ya es tarde de todos modos. Ahora, si son tan amables, mueran.

En ese momento, una trampilla se abrió a sus pies, haciendo que ambos policías se cayeran a un pozo sin fondo, directo a su muerte...

¡Esta historia concluirá!

domingo, 15 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 15 "Una historia de El Vigilante - La mensajeros de la destrucción primera parte"

¡Una presentación especial! Una aventura más del superhéroe más grande de la Tierra: ¡El Vigilante!

- ¡El fin del mundo está cerca! ¡El fin del mundo está cerca! ¡El fin del mundo está cerca!

Ciudad Alba estaba siendo invadida... por algunos extraños personajes. En cada esquina, había mínimo tres personas pregonando que el mundo se iba a acabar. No había lugar en la ciudad donde no se encontraran.

- ¿Y esos quienes son? - preguntó Erik

- ¿No has leído los últimos reportes? - respondió Anna - Es un culto de fanáticos llamados "Los mensajeros de la destrucción". Han surgido varios de esos grupos últimamente, todos diciendo que el fin de los tiempos esta cerca.

- Ah, entonces solo un grupo de locos.

- No es un grupo de locos cualquiera. Han cometido algunos actos criminales en su corta vida. Robos, asaltos, manifestaciones con muchos heridos, destrucción de propiedad ajena...

- ¿Entonces porque los dejamos sueltos?

- Su líder tiene conexiones con algunos de los políticos más grandes del país. No es que sean intocables, pero se acercan a ese estatus.

- Que molestia - concluyó Erik.

Durante toda la conversación, Erik y Anna estaban en camino a la estación de policía. Habían recibido una notificación de reunión urgente. Esto solo se reserva para los casos especiales. Algo grave estaba ocurriendo.

*****

- Esto es muy problemático - les dijo Albert, el jefe de la comisaría.

- ¿Cuál es la situación jefe? - cuestionó Erik, con su típica actitud relajada.

- Lo que pasa, Erik, es que el fin del mundo está cerca.

Anna y Erik se quedaron pasmados. Habían escuchado esas mismas palabras no hace mucho. Lo peor de todo, es que se las había dicho su jefe.

- ¿A que se refiere? - preguntó Anna, preocupada.

- Hemos recibido unas noticias muy preocupantes. "Los mensajeros de la destrucción" han asaltado una central nuclear y han robado una nueva arma radioactiva.

- ¿Cómo? - dijeron al unisono los compañeros.

- Y han amenazado con usarla para "salvarnos a todos" antes de medianoche.

- ¡Esos locos! ¡Tenemos que hacer algo!

- Por eso los convoque Anna - les dijo Albert - Tienen dos misiones: encontrar la base del culto y avisar a "El Vigilante".

- ¿"El Vigilante"? ¿Y ese forajido que tiene que ver con todo esto? - comentó Erik enojado.

- ¿No lo entiendes? Esto nos sobrepasa. "El Vigilante" es el único capaz de detenerlos. Pero, sino le damos una mano, no podrá hacer nada al respecto.

- Tiene razón compañero. Lo necesitamos. ¿Hay algún lugar por dónde empezar?

- La verdad es que no. Solo tenemos una amenaza escrita a maquina en una hoja de papel.

- Entonces tendremos que recurrir al trabajo de calle. Tendremos que viajar un poco, pero los encontraremos jefe.

*****

Anna y Erik salieron de la comisaría y se dividieron para interrogar a los diferentes miembros que se encontraran en el camino. Las preguntas duraban solo unos segundos porque al verlos acercarse escapaban. Para evitar esto, decidieron volver a juntarse e interrogar en equipo, así, sería más difícil huir.

Aun así, muchos llegaron a escapar. Entonces decidieron cambiar de táctica.

- Vamos a separarnos - le dijo Anna - Luego de que te acerques a un grupo y los espantes, yo los voy siguiendo en las sombras. Así, vamos a encontrar, espero, su guarida.

- Es muy peligroso - respondió Erik, mostrando su desacuerdo con su plan.

- Si no lo hacemos, el mundo estará en peligro.

No tenían otra opción, por lo que procedieron con el plan.

Erik se intentó acercar a un grupo de mensajeros quienes, al verlo, salieron huyendo. Anna, viendo que todos corrían en direcciones diferentes, decidió enfocarse en el que parecía el jefe de la banda. De esta manera, llegó hasta un pequeño almacén a las afueras de la ciudad. Con cuidado, se adentró en su interior.

- Esos policías si que son molestos - empezó a decir un mensajero de gran estatura

- Y que lo digas - continuo un mensajero calvo - No hemos podido cumplir con nuestro deber por lo cerca que están.

- No se preocupen compañeros - los tranquilizó un mensajero rubio - El plan va marchando según lo hemos previsto. A medianoche, el mundo será salvado.

Antes de que pudiera seguir escuchando, Anna recibió un fuerte golpe en la nunca. Al estar tan enfocada en la conversación, no se había dado cuenta de la presencia de otro mensajero a su espalda.

Al mismo tiempo, Erik perdió la conexión con su compañera, solo teniendo su última ubicación...

¡Esta historia continuará!

sábado, 14 de diciembre de 2024

Calendario de Adviento 2024 Día 14 "La primera misión del grupo de héroes"

Arc, Iris, Astra y Eve son cuatro jóvenes aventureros que son convocados por el gobernante del reino de Cial.

Toda la familia real, e incluso todos los habitantes de los otros reinos, reconocen los logros y hazañas que habían realizado a pesar de la corta edad que todos tenían. Por eso, les pedía que trabajaran juntos como un grupo para enfrentar los peligros que acechan en la oscuridad.

Los cuatro estaban agradecidos por la oferta que les estaba haciendo el rey, pero no podían aceptarla por una sencilla razón: ellos trabajaban solos, no necesitaban formar equipo con nadie.

Arc, el guerrero,  mencionó que los compañeros solo son una carga muerta para su habilidades.

Iris, la arquera, dijo que los compañeros solo son un estorbo en el camino a su destino.

Astra, el mago, considera que los compañeros son una distracción para conseguir la mejor magia de todas, los registros akashicos.

Por último, Eve, la ladrona, considera que los compañeros te pueden traicionar en cualquier momento.

El rey no podía creer lo que escuchaba. Era imposible que los mejores aventureros que hayan existido alguna vez no quieran trabajar juntos. Si se combinaran sus habilidades, nadie les podría hacer frente. Debía hacer algo al respecto para que cambiarán de opinión.

Así, se le ocurrió un plan. Les dijo que aceptaba la situación. Aún así, quería encargar una misión a los cuatro. No era necesario que trabajaran juntos para cumplirla, pero si debían viajar juntos para eficientar el gasto de recursos.

Era algo sencillo: debían obtener el cofre del tesoro que estaba oculto en la cueva de las montañas Et, cruzando el bosque de Saq. Cualquiera que la cumpliera, obtendría los objetos legendarios del cofre. Ante tal tentación, nadie se podría negar. Así que, a regañadientes, partieron.

*****

El viaje al bosque de Saq les tomaría un par de días, en el transporte que les había preparado el rey, mientras que atravesarlo solo serían unas cuantas horas, más el tiempo que se tardaran en encontrar el cofre. Por lo tanto, no iba a ser una misión tan larga.

Sin embargo, ninguno de los cuatro aventureros se sentía cómodo viajando con otras personas. Y no era por algo tan simple como ansiedad social o no saber socializar. No, cada uno de ellos tenía una historia, un trauma, por decirlo en palabras sencillas, que los había marcado y convertido en lo que eran el día de hoy.

Pero, nuestros aventureros protagonistas no tenían idea de sus similitudes. Y no iban a contar su pasado a unos completos desconocidos. Sol querían que la misión terminara rápido para continuar con sus vidas.

Así, cada uno se enfrascó en sus propias actividades en el trayecto: Arc le dio mantenimiento a su espada; Iris revisó el estado de sus flechas; Astra continuó con la lectura de un libro de magia de gran tamaño; y Eve jugaba con sus dagas.

Hubo un par de ocasiones en que los querían atacar monstruos, pero cada uno de ellos se hizo cargo de estas batallas, si es que se les podía decir así. Destruían al enemigo completamente con un solo ataque. El rey tenía mucha razón al juntarlos. Serían imparables.

Cuando cayó la noche, montaron un campamento. Pero, nadie durmió. Todos se quedaron alrededor de la fogata, atentos a cualquier evento que se presentara. No podían confiar en que los demás los iban a salvar. Solo podían confiar en ellos para sobrevivir.

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Esta seria de momentos "incómodos" llegó a su fin cuando llegaron a la orilla del bosque de Saq. Aquí, los cuatro aventureros decidieron separarse para ir por sus propios medios a la cueva. A pesar de las protestas de los guardias reales que los estaban acompañando, se fueron por caminos distintos.

Arc se enfrentó a varias arañas de gran tamaño usando el escudo para protegerse de su veneno y ataques con sus colmillos, mientras usaba su espada para dar un golpe certero y decapitarlas.

Iris viajó por las ramas de los árboles pensando que tendría más fortuna para no toparse con algún enemigo. Pero la suerte no le sonrió y se encontró con un panal de abejas asesinas... las cuales no fueron rivales para ella. En momentos, acabó con todas sin que sufriera ningún daño.

Astra decidió guardar algo de su mana para lo que fuera que encontraran en la cueva, por lo que lo único que hizo fue generar un pequeño domo de defensa a su alrededor. Si cualquier intruso quisiera atravesarlo, quedaría hecho polvo.

Eve, por su parte, era la más rápida de todos, por lo que usando sus largas piernas adelantó por mucho a los demás. Sin embargo, una emboscada de una manada de lobos detuvo su andar. Como eran una completa molestia, lo único que hizo fue arrojar una pequeña cortina de humo para cegarlos y, de esta manera, atacarlos rápido. Cuando hubo terminado, continuó con su camino.

Lo que ninguno de ellos sabía es que se estaban vigilando unos a otros. Hubo momentos en que se cruzaron momentáneamente, pero en vez de intervenir, observaron las habilidades de los demás, aprendiendo.

*****

Aunque habían tomado caminos diferentes, los cuatro llegaron casi al mismo tiempo a la cueva.

Estaban muy enojados porque querían terminar esto solos, pero no les quedaba otra opción, por lo que entraron juntos.

Adentro estaba muy oscuro, así que Astra convocó una pequeña esfera de luz para que iluminara su camino. Poco a poco se fueron adentrando en la oscuridad.

De repente, escucharon un gran grito de guerra- Sin tiempo que perder, alistaron las armas. Frente a ellos apareció un enorme ogro de color negro. De acuerdo con los registros del gremio, era uno de los monstruos más raros y, por lo tanto, más fuertes que existen. Solo un equipo de más de 100 hombres podía detenerlo.

Aún así, Arc se abalanzó para atacarlo. Con un movimiento rápido de su espada, le atravesó el corazón. Orgulloso de su hazaña, le dio la espalda. Gran error. El ogro negro se levantó a una gran velocidad y se disponía a aplastar al guerrero...

Pero, en un solo movimiento, Arc se lanzó para la izquierda y el ogro recibió una flecha de Iris. Antes de que pudiera agradecerle, empezaron a salir más ogros negros de todos los túneles alrededor. Estaban rodeados.

Justo cuando iban a atacar a Iris, Eve salió a su rescate cegando al ogro. A su vez, ella fue rescatada por Astra cuando un monstruo le iba a dar un golpe desde su punto ciego.

Sin quererlo, habían empezado a analizar a sus compañeros de viaje. Cada ataque y movimiento fue memorizado y, de esta manera, se comunicaban sin palabras, sabiendo que era lo que iba a hacer el otro. Las habilidades que les habían servido para vencer a los monstruos, les habían servido para unirse a sus compañeros.

*****

Después de una ardua lucha, los cuatro aventureros vencieron a los ogros y recuperaron el cofre del tesoro. Seguían sin hablarse, pero al menos ya no existía esa incomodidad entre ellos.

Cuando se presentaron frente al rey, este abrió el cofre. En su interior, había un pergamino antiguo.

Este documento detallaba la ubicación de las cuatro armas legendarias, legadas de héroe a héroe. Ahora, su misión era encontrarlas y convertirse en los verdaderos guardianes del reino de Cial.

La aventura solo estaba comenzando.