lunes, 14 de febrero de 2022

La aventura del signo del gato parte 2 "Viejas rivalidades"

 -¿"El gato fantasma"? -preguntó Karla- Investigamos en todos los archivos de la policía pero no encontramos ninguna referencia a este criminal.

- Tampoco había escuchado de él. Nunca me lo contaste - me dijo Claire con tono (y rostro) de molestia.

- Eso es fácil - respondí, evitando la mirada acusadora de Claire, la misma que siempre pone cuando se entera que le guardé un secreto - Cómo saben, he resuelto misterios desde que estaba en secundaria. En más de una ocasión, me cruce en el camino de la policía, ya sea como sospechoso o como un asesor. No quería que se supiera de mi intervención en esos casos, así que hice un trato: la policía se podría quedar con todo el crédito, mientras yo me quedaría con los archivos de todos los casos en los que trabaje. Sólo fue un seguro para evitar que se difundiera mi identidad.

- Pues ahora necesitamos esos archivos - dijo Marco - nos pueden ser muy útiles para encontrar a los niños.

-Claro. Los traeremos lo más pronto posible.

- Por ahora - intervino Rosa - cuéntanos todo sobre este criminal.

- Por supuesto. Pónganse cómodos, porque es una historia muy larga: 

Hace 9 años, mucho antes de que todos nuestros caminos se cruzaran, era un detective aficionado que había tenido unos golpes de suerte. Esto hizo que fuera muy engreído y creía que podría resolver todo lo que se me pusiera enfrente. Así que no dudé en lanzarme a la acción en cuanto recibí la carta. Era exactamente igual a la que me acaban de mostrar. 

El contenido era muy sencillo: sabía que era detective y que era yo quien había resuelto los casos. Así que quería presentarme un reto. Explicó que era alguien con una serie única de habilidades que lo habían hecho famoso en el bajo mundo, principalmente en el negocio de desaparecer personas sin dejar ningún rastro. Solo tenía dos reglas: ni mujeres ni niños y solo desaparecía personas que se lo merecieran. 

Su método era sencillo: le mandaba una carta a la policía donde especificaba quién sería su siguiente objetivo y les daba una semana para encontrarlo. Era un criminal honorable. Si lo hacían, se daría por vencido. Si no...el trabajo estaría hecho. Como siempre firmaba las cartas con un signo de gato, la policía le dio el nombre de "El gato fantasma". Estaba a punto de cumplir una solicitud y se le ocurrió que sería el momento perfecto para probar si mis habilidades eran una exageración o no. Su petición fue sencilla: "atrápame".

Aparte de la carta, había una hoja con un código que no había visto antes: un código basado en el símbolo de gato. Tan solo era una copia de lo que le había enviado a la policía donde detallaba los datos de su víctima. Estaba muy emocionado. Después de días sin un verdadero reto, había venido a mi puerta sin siquiera pedirlo. Me tomo casi cinco días descifrar su código. En cuanto tuve la información, se la compartí a la policía de la ciudad de la víctima, lo que permitió salvarlo. 

Pasaron unas semanas, y me llegó otra carta de "El gato". Me felicitaba por mi éxito y expresaba una enorme alegría por encontrar a un rival digno. Su trabajo se había hecho tan monótono en los últimos años, y el que hubiera descubierto su código tan fácil le hizo emocionarse tanto que se inventó un nuevo código para que lo descifrara.

Así empezó una larga contienda entre yo, "detective" (como me nombraba en sus cartas) y "el gato fantasma". Cada carta que me llegaba contenía un código nuevo y un poco de su historia: como desde pequeño fue muy inteligente y se le facilitaban los acertijos y misterios, como fue entrenando sus habilidades para convertirse en el mejor, como empezó a trabajar en el bajo mundo para ganar dinero rápido para ayudar a su familia. Con cada carta, sentía que nos volvíamos más y más cercanos. Prácticamente amigos. Intenté descubrir su identidad varias veces, pero siempre me encontraba con un muro infranqueable.

Este intercambio duró durante un año. Cada código que me mandó lo descifre y con eso salvé al objetivo. Pensaba que seguiríamos así durante más tiempo. Pero, un día, llegó su última carta. Esta era diferente. Lo sentía. Algo no estaba bien. Asustado, me apresuré en leerla. Al parecer, los jefes de "El gato" no estaban muy contentos con su desempeño durante este tiempo ya que nadie había desaparecido, así que lo iban a desaparecer a él. Tenía poco tiempo. Le mandaba la ubicación de su escondite en código. ¿Por qué no jugar una última vez?

Lo único que podía pensar en ese momento era que todo era mi culpa. Por demostrar que no había reto que se me pudiera interponer, puse en riesgo la vida de una persona. Si lo hubiera pensando mejor... Pero no había tiempo para pensar en eso. Tenía que descifrar el código rápido. 

Después de un año, me convertí en un experto en descifrar su código, por lo que esta vez me tomó solo unas horas resolverlo. Me apresuré a su ubicación: un antiguo almacén cercano a un bosque. Cuando llegué, también arribaron varios coches de color negro. Supuse que serían los asesinos que se encargarían de "El gato". Había revisado un plano del edificio y sabía exactamente donde se encontraba.

Entré a escondidas y frente a mi estaba "El gato". Era un hombre en sus treinta años, musculoso, de cabello oscuro y ojos sagaces que desconfiaban de todo. Tenía un collar en el cuello con un adorno de un gato. A pasar de ser la primera vez que nos veíamos, nos conocíamos mejor que nadie. "El gato" se alegró porque pudiera descubrir su código, pero estaba decepcionado consigo mismo por haberlo hecho tan sencillo. Le dije que no había tiempo de lamentarse, que teníamos que salir de aquí, los asesinos estaban afuera. El solo se río. 

Sabía que estaban afuera y listos para matarlo. No había escapatoria posible. Pero, antes de desaparecer, quería conocerme cara a cara por lo menos una vez. Ahora, ya no tenía ningún arrepentimiento. Me agradeció por toda la diversión. Luego, me aventó por una ventana. Caí en un río que se encontraba abajo. Lo último que escuché fue una gran explosión. 

Cuando pude volver a tierra, corrí de vuelta al almacén. Se encontraba en envuelto en llamas. Los bomberos llegaron al momento, como si alguien les hubiera avisado desde antes del incendio. Una vez extinto, me acerqué y busqué entre los escombros. Únicamente encontré su collar. "El gato" había desaparecido. Investigando el collar, logré identificarlo. Sabía su identidad. Pero nunca se la comenté a la policía. Le debía eso por llegar tarde. Por fallarle.

Termine mi historia y todos estaban sorprendidos. 

- Esto es extraño - dijo Rosa - Si no lastimaba niños ni mujeres, entonces ¿por qué secuestró a los hijos del jefe de la policía? 

- Por esa sencilla razón no puede ser "El gato", no encaja con su perfil. Lo más seguro es que sea un imitador. 

-¿Imitador? Imposible - mencionó Karla - Te llevaste los archivos de su caso, así que nadie, aparte de la policía que trabajaba en ese momento y los jefes del bajo mundo saben de su existencia. 

- Entonces lo mejor será separarnos - organizó Claire - Ustedes tres que están más cerca de la policía investiguen a todos los agentes que se encontraban activos en ese momento. Mientras, nosotros vamos por los archivos e investigamos a los jefes del bajo mundo; después de todo, es nuestra especialidad. 

Teniendo un plan, nos pusimos a ello. La vida de los niños estaba en riesgo. Tome la carta para llevarla a la oficina para descifrar el código. 

- Hay algo que no dijiste ahí dentro - mencionó Claire en el viaje de regreso

- ¿Y eso que sería? - le pregunté

- Hay otra posibilidad de quien conoce a "El gato": su familia. Dijiste que descubriste su identidad y te conozco. Investigaste si tenía familia. La vigilaste. Incluso, creo que la sigues vigilando ahora.

Solté una risa. Claire me conoce muy bien. 

- De acuerdo. Te contaré el resto de la historia cuando lleguemos a la oficina.

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