lunes, 27 de enero de 2020

Alcanzar una estrella

Había una vez una joven llamada Astra que desde pequeña le encantaban las estrellas. Todas las noches, incluso cuando era bebé, se quedaba mirando el cielo nocturno hasta quedarse dormida.
Sus padres le compraron un telescopio cuando tenía 8 años. Lo usó todas las noches a partir de ese día.

En la escuela siempre la molestaban porque se quedaba viendo al cielo y hablaba sobre las estrellas. Pensaban que estaba loca. Pero eso no la hizo sentir mal y continuó con su pasión.
Cuando le preguntaron que quería ser de grande, ella dijo que quería ser una estrella. Obviamente, sus compañeros se rieron, excepto uno. Un niño llamado Daniel le aplaudió su sueño. Se volvieron amigos después de eso. Pasaron mucho tiempo juntos durante la primaria y la secundaria. Sin embargo, la familia de Daniel se tenía que mudar por negocios de su padre, así que Astra se despidió de él dándole un collar con media estrella. Ella se quedó con la otra mitad para cuando se volvieran a encontrar.

Su vida cambio cuando entró a preparatoria. La maestra Rosa, quién les daba la materia de física, había sido astronauta. Astra se emocionó mucho al saber esto y a partir de entonces se acercó poco a poco a Rosa. Hablaba con ella siempre que podía, y se la pasaban horas en sus conversaciones sobre lo que había visto allá arriba. Rosa le preguntó su sueño un día y Astra volvió a decir que su sueño era convertirse en una estrella. Al escuchar esto, a Rosa se le enterneció el corazón y recomendó a Astra en la escuela que ella estudio para volverse astronauta y alcanzar a ver las estrellas de cerca.

Después de muchos años, Astra por fin se graduó de astronauta. Ya estaba lista para su primera misión, ir a la Estación Espacial Internacional. Pero el día de su viaje, cayó gravemente enferma. Descubrieron que solo tenía un mes más de vida.

Se quedó en su casa esperando la muerte, rodeada de su familia. La noticia no hizo que su felicidad y su pasión por las estrellas decayera. Cuando se despertaba a medianoche por los dolores que tenía, se quedaba viendo hacia el cielo nocturno y eso la calmaba lo suficiente para que volviera a dormir.

El día antes de morir, Daniel llegó a su casa. Se había enterado de su enfermedad y quería despedirse de ella. Aún conservaba la mitad de la estrella. Esa noche la pasaron en vela observando el cielo nocturno. Daniel le prometió que la convertiría en una estrella. Astra murió con una sonrisa en su cara.

Cuando los viajes al espacio se perfeccionaron, y empezaron a mandar las cenizas en pequeñas naves, Daniel hizo hasta lo imposible para que Astra fuera cremada y transportada en una de ellas hasta el firmamento que tanto amó. En su nave se incluyó el collar de estrella y su telescopio. Después de mucho tiempo, Astra por fin cumplió su sueño, se convirtió en una estrella.

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