sábado, 4 de febrero de 2012

La princesa soltera.

Cambiando la temática de mis relatos, hoy les traigo un cuento de invención propia, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Hace mucho tiempo, nació una princesa, pero el mismo día de presentación, el oráculo del pueblo se les acerco a los padres y les dijo con su voz senil:
-Su hija nunca encontrara la paz hasta que se abra ante lo que más ama-dicho esto, se fue.

Preocupados, los reyes, desde una tierna edad, le buscaron un novio o pretendiente a su hija, a quien bautizaron con el nombre de Valeria; pero hubo un problema en todos lo que se le acercaban a ella, no se revelaba ante ninguno, es decir, no les hablaba para nada, ni para decir hola.

Les preocupo tanto a los padres, que un día ya no despertaron; por consiguiente, Valeria se convirtió en la gobernante de ese reino, lo cual no ayudo mucho, ya que estaba aislada y no le permitían salir. Para lograr salir, lo que hacia era utilizar una de las rutas de escape del castillo y se disfrazaba.

En otra parte del mismo reino, un joven de nombre Sebastian, se encontraba con un problema similar, ya que cualquiera que se le acercara, a excepción de sus padres, no les dirigía la palabra, lo especial de este personaje es que, también lo aislaron y para escaparse( vivía en una casa acomodada) excavó un túnel en su recámara, que escondía muy bien. Y por azares del destino, salieron al mismo tiempo, el mismo día y al mismo lugar.

Al lugar que me refiero es al restaurante más famoso del reino, primero entró Valeria y le ofrecieron la mejor mesa del lugar. Enseguida entró Sebastian, vio que no había lugar y se disponía salir, cuando escucho la voz más bonita de todas.
-Ven a sentarte conmigo-le dijo Valeria.

Todos los presentes se quedaron sorprendidos, la gobernante por primera vez había hablado en público.
-Esta bien- le respondió Sebastian.

-¿Cómo te llamas?-preguntó Valeria.
-Sebastian, su majestad-respondió.
-No me digas así, dime Valeria.
-Muy bien, Valeria-contestó con mucha alegría.
-¿De donde vienes?
-De mi casa- aventuró y logró sacarle una risa a Valeria.
-¡Que gracioso! En serio, dime de donde vienes.
-De lejos, mi lugar de nacimiento se encuentra a 20 kilómetros de distancia.
-¿Por qué tan lejos de tu hogar?
-Porque me siento sólo.

En ese preciso instante, se encontraron sus ojos y ambos se enamoraron al instante, la boda se realizó al día siguiente. Pero insospechado para ellos, no se había abierto ante Sebastian, por lo cual cuando dejara este mundo no tendría paz nunca.

Concluirá mañana...

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