viernes, 10 de febrero de 2012

La aventura de la computadora parte 3 "una pista al fin"

-El día empezó normal, llegué al trabajo. Al llegar el tiempo de la junta, nos mostró el programa que habría creado. Como es imaginable, me emocione con él y le intuí una suma muy grande por el, pero mis compañeros hicieron una mejor oferta; por fortuna, no acepto venderlo.
Como soy el director adjunto, me puse en contacto con el jefe, al que le pareció alegrarle mucho la invención de ese programa, y quería que  se lo consiguiera como sea.
Antes de irnos, vi como se le olvidaba la computadora, al ir a robarla, ya no se encontraba en su lugar,por lo que alguien se me adelanto. Por lo que salí como si nada.

-Esto es importante, ya que eliminamos a un sospechoso y se agrega a otro.
-¿A quien?-me preguntó Claire
-Al jefe de todo este edifico, ya que mostró mucho interés en ese programa- me dirigí a David-¿cómo se llama tu jefe?
-Se llama...-en ese momento, se escucho un fuerte ruido que rompió un cristal y David cayó al suelo, con un orificio de bala en la cabeza, en la parte posterior. Miramos por la ventana, pero no se veía el punto de disparo certero.

-Esto es más curioso, alguien quiere evitar que conozcamos su identidad, que divertido es esto.
-¡Divertido! Cómo se te ocurre decir eso- me respondió Claire
-Porque el pensar es el ejercicio del cerebro, si no lo hacemos, por lo menos nosotros, morimos de aburrimiento.

Dimos comienzo a una minuciosa investigación del cuerpo y de la habitación. No se encontró nada de interés en la habitación que indicara la identidad del jefe, en el cuerpo, fue una completa perdida de tiempo, no se encontró nada de interés. Pero lo mejor de esto, es que ninguno de los compañeros restantes se había dado cuenta del disparo, por lo que debían de estar lejos o enterados.

Salimos de la escena del crimen y observamos a Maria José en su despacho, sin embargo, lo que llamo la atención fue que estaba usando la computadora robada (desde antes nos informamos de como era)

-¿Qué haces?- le preguntamos al entrar en su despacho.
-Solo revisando mi correo.
-¿En computadora ajena?
No le dimos oportunidad y la atrapamos. Llevamos la computadora a su dueña, con un pequeño inconveniente, según ella, el programa ya no estaba en su computadora.

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