Pasearon un rato por el pueblo y no tardaron mucho en encontrar a David, quien les daría algunas respuestas sobre los asesinos y sus ordenes. Como les había dicho el príncipe, se encontraba en mal estado.
-Algo de dinero para este desamparado-les dijo
-Primero denos información-dijo Alfonso
-¿Que tipo de información?
-Sobre los recientes intentos de asesinato a las reinas Catalina y Carolina-comentó Sebastian
David se incorporo y se hecho a correr, tirando al suelo al grupo.
-Lo necesitamos. Tras él-grito Rodrigo
Lo persiguieron por todo los escombros del reino, evitando los obstáculos y a la gente. Se separaron para acorralarlo lo cual les funciono de maravilla.
-No corras, solo queremos información-dijo en tono dulce Saira
-Si se las dijera, me matarían al instante.
-No es cierto, nosotros lo protegeremos
-¿Me dan su palabra?
-Por supuesto-dijeron todos.
-Les contare lo básico: hay personas a quienes no les gusta como gobiernan los reyes y reinas, por eso se han reunido en secreto, para planear la solución definitiva: acabar con la monarquía aniquilando a los reyes. Sus planes iban desde venenos hasta armas de fuego. Por alguna razón, siempre estaban enterados de lo que harían los reyes y reinas en un momento del día; tal vez se deba a un espía entre las personas más cercanas a ellos. Yo pertenecí una vez a esa sociedad, pero me salí de ella luego de ver algo que no debía.
-¿Y eso que fue?
-Vi a su jefe, era...
Dispararon con un arma de fuego y mataron a David, la información que poseía si era muy valiosa. Alfonso y Carlos empezaron a buscar al tirador, mientras Saira, Rodrigo y Sebastian inspeccionaban el cuerpo por pistas. No encontraron nada ninguno de los dos equipos. Estaban en un callejón sin salida.
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