viernes, 5 de octubre de 2012

El regalo perfecto

Había una vez dos jóvenes (hombre y mujer como debe ser); quienes se conocieron en la preparatoria. Se enamoraron y se hicieron novios al mes de conocerse. Para su primer aniversario el chavo estaba buscando el regalo perfecto para darle a su novia. Pensaba que nada en este mundo era digno para una hermosura como la que tenia enfrente (que recientemente se había teñido, no todo, el cabello de rojo).

Preguntaba en todos los lugares que podía encontrar el regalo que la representara su amor y su belleza, pero nada le parecía excelente para ella. Lo que le pareció lo más adecuado fue escribirle una carta expresando sus sentimientos hacia ella, al igual que un espejo. La carta enunciaba lo siguiente:

Querida novia:
Este papel tan humilde que hoy te presento en el día de nuestro primer mes de noviazgo expreso mis más sinceros sentimientos hacia ti. Eres la persona más hermosa que he podido conocer en mi vida, cualquier cosa que este a tu lado se opaca inmediatamente, hasta el diamante más reluciente. Aparte de hermosa, eres inteligente, divertida, creativa, emprendedora, buena bailarina de ballet, jazz, pop, etc.Esa es la razón de no tenerte un regalo apropiado aparte de un espejo para que admires lo que yo amo de ti. Toda tu eres un regalo de Dios que vino a la Tierra a iluminar las vidas de los demás.

Le entrego la carta a ella, quien se alegro completamente al leerla. Ella le regalo algo parecido, es decir: algo que fuera muy especial. Lo que le regalo fue una sortija que representaba lo mucho que ambos se amaban y respetaban, la cual nunca se iban a quitar hasta el día de su muerte.

Se casaron y vivieron felices por siempre.

Un dato extra, cada vez que ella miraba la carta, se sentía joven otra vez y sentía como su amor seguía tan puro después de tantos años.

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