Subieron a los caballos, dieron vuelta y empezaron a regresar al castillo. El regreso les pareció un poco más fácil que la ida. Al entrar vieron la puerta principal destrozada, y algunos guardias malheridos.
-¿Qué pasó?-preguntó Alfonso
-No lo sé con seguridad. Me golpearon con algo pesado en la nuca.
-¿Dónde esta la reina?-cuestiono Sebastian
-En el salón del trono custodiada por los mejores.
-Vamos a buscarla-sugirió Carlos.
Rápidos entraron al salón del trono, pero no encontraron a la reina Carolina. Los guardias estaban muertos, todos con heridas defensivas.
-Busquemos en la habitación-menciono Saira
Todos estuvieron de acuerdo. Rodrigo fue quien encontró una carta de Carolina que dictaba lo siguiente:
"Si alguien lee esto, es que la verdad se ha descubierto. Si, yo desterré a los bárbaros de sus hogares porque no los quería cerca de mí, me ponían muy nerviosa. Su destierro fue muy violento, por lo que fue borrado de los anales de la historia de nuestro pueblo. Estaré lejos en estos momentos, no me busquen por nada del mundo, nunca me encontraran. "
-Todo lo que vivimos fue una mentira-dijo Alfonso.
-Tal vez, y tal vez no-determino Saira
-¿A qué te refieres?-preguntó Sebastian
-A que puede ser mentira lo que nos dijeron los bárbaros.
-¿Y dónde esta Carolina?
-En su poder, secuestrada.
-No saquemos conclusiones-menciono Rodrigo-no tenemos pruebas.
-Concuerdo-respaldo Carlos-mejor exploramos el terreno.
Todos vieron la verdad de sus palabras, por lo que ordenaron un equipo para buscar a Carolina. Mientras ellos ayudaban a reconstruir el pueblo.
Luego de una semana, los exploradores trajeron sorprendentes noticias: la reina si había sido secuestrada.
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