- ¿No dijiste que era un recorrido de dos horas? - le pregunté a Natalie - Parece que llevamos diez años en este bosque.
- Ese es el poder del bosque encantado - respondió ella - Distorsiona el tiempo de cualquiera que se adentre en él. Pero no se apuren, solo es un fallo de percepción, pronto saldremos de aquí.
- Bueno, eso puede explicar varios eventos en los cuentos - mencionó Claire - Siempre que hay un bosque, parece que el tiempo se detiene y pasan muchas cosas: encuentros con seres mágicos o príncipes, después de una huida encontrar una cueva con un tesoro legendario, o incluso ser elegido para salvar el mundo...
- Esa es otra característica de este bosque. Por alguna extraña razón, las personas encuentran su destino o meta de vida dentro. A pesar de ser muy tenebroso y oscuro, es una gran atracción turística - concluyó Natalie con una pequeña sonrisa.
Siempre he pensado que la magia es muy confusa, tiene sus propias reglas y se ajustan a lo que se necesite en el momento. Sin embargo, eso mismo la hace muy conveniente.
- ¿Tu puedes hacer magia Natalie? - cuestionó Claire.
- La verdad es que no - comentó - Cuando los niños de este lugar cumplimos 5 años, nos hacen una prueba para ver si tenemos alguna aptitud mágica. En mi caso, no tengo poder mágico, por lo que nunca podré conjurar nada.
- Lo siento por preguntar - dijo Claire.
- No hay problema. Es algo más normal de lo que uno puede pensar, lo raro es tener mucho poder mágico, y más raro aún manejar la magia negra.
- ¿Las brujas manejan la magia negra? - pregunté, ya que lo que dijo atrajo mi curiosidad.
- Si... No sabemos la razón exacta, pero todas las personas que han podido manejar la magia negra se han convertido en brujas. Cuentan los libros que, hace muchos años, la magia oscura no era sino otro atributo que podían adquirir las personas. Pero, luego de la gran catástrofe, todo cambió...
- ¿La gran catástrofe?
- Es una antigua leyenda, ya no queda vivo nadie que pueda confirmar su veracidad - continuó Natalie - De acuerdo con los escritos, existió una mujer muy hermosa llamada Emerald que podía usar la magia oscura para crear los más maravillosos milagros que pudieran existir. Sin embargo, un día, su poder mágico se descontroló y acabó con todo y todos a su alrededor, dejando solo un gran vacío. A partir de entonces, todas las personas que nacen con magia oscura son marcadas como brujas, viviendo marginadas durante toda su vida o, en el peor de los casos, asesinadas al momento de conocer su atributo.
- Si eso es cierto - pensó en voz alta Claire - eso explicaría el gran odio que le tienen la brujas al reino. Pero sigo sin entender porque secuestraron a Scarlett. ¿Ella tiene algún atributo mágico?
- La verdad es que sí, y no solo uno. Ella nació con la capacidad de manejar todos los atributos existentes.
Claire y yo nos quedamos muy sorprendidos.
- ¡¿Eso es posible?! - pregunté.
- Aunque es extremadamente raro - respondió Natalie - No es imposible. Hay registros de personas así cada cierto tiempo, sobre todo en la familia real.
Mientras reflexionaba que esa podría ser una de las razones por las que la familia real se ha mantenido en el poder, llegamos a una pequeña bifurcación en el camino, la cual no tenía ninguna indicación. En el punto donde se separan las rutas, se encontraba una señor muy mayor, cubierto con una capa café algo raída y un bastón.
- Hola viajeros - nos dijo el señor con una voz muy grave que denotaba su edad - ¿Se encuentran perdidos?
- Hola señor - empecé a hablar, usando el tono más diplomático que tenía en mi repertorio - Más que perdidos, estamos un poco desorientados. ¿Sabe usted a donde llevan estos caminos?
- Ja ja ja - rió el señor, para extrañeza de todos - No necesitas usar ese tono conmigo, se nota que es falso. Pero te agradezco la intención.
¿Cómo pudo saber eso? El misterio del señor se complicaba.
- Pero como me cayeron bien, les diré esto: ninguno de estos caminos los llevará a su destino.
- ¿Cómo dice? - cuestionó Claire.
- Lo que escuchas Claire - continuó el señor, llamando a mi compañera por su nombre.
- ¿Cómo sabes su nombre? - respondí.
- Así como se el tuyo, y el de Natalie. Así como se que quieren ir a ver a la princesa Aurora para descubrir el rastro del arquero y así salvar a la princesa Scarlett.
- ¡Entonces eres un espía!
- No. Solo soy un guía que sabe todo sobre el mundo y el destino.
- ¿No serás...? - empezó a decir Natalie, pero fue interrumpida por el supuesto guía.
- No les reveles mi nombre aún querida, todavía no es tiempo. Por el momento, solo dígame "Guía".
- Natalie, ¿crees que "Guía" sea de confianza? - dije estando algo confundido.
- Si, es de confianza.
Ok, si Natalie lo decía, debíamos darle el beneficio de la duda.
- Entonces "Guía", ¿ a que te refieres con que nuestro destino no está en ninguno de estos caminos?
- Pues eso mismo, detective. Su destino está en otro lugar.
- ¿Y eso sería...?
- Jo jo jo - rió de nuevo "Guía" - Eso no es algo que les pueda decir, lo tienen que descubrir. Pero siento que lo harán. Aunque deben tener cuidado.
- ¿Con qué? - ahora le tocaba el turno a Claire de hacer preguntas.
- La verdad. No solo del secuestro, sino de la historia de este mundo. Está tan enrevesada que todos tienen su propia versión sin existir una definitiva. Por eso los convoqué aquí. Necesito que descubran la verdad al mismo tiempo que rescatan a Scarlett.
Como empezábamos a suponer, había mucho más en todo este asunto que un simple secuestro.
- Ok, lo haremos. Al fin y al cabo, somos detectives - concluyó Claire - ¿Tienes algún otro consejo para nosotros "Guía".
- La verdad es que sí. Y no solo uno, sino tres: el primero, cuando sientan un cambio en el viento, agáchense; el segundo, cuando lleguen a la puerta dorada, solo llamen una vez; y el tercero, tomen esto, creo que será de mucha utilidad. Cuando llegue el momento, sabrán que hacer.
"Guía" extendió la mano y le entregó a Natalie y a Claire una perla transparente del tamaño de una canica sin ninguna imperfección. Mientras que a mí, me dio una extraña piedra pulida de color morado.
Nada de esto tenía sentido... Pero en el momento en que los tres levantamos la vista para preguntarle a "Guía" que era todo eso, este ya se había ido junto con la bifurcación. Frente a nosotros, se encontraba una gran ciudad.
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